Las soluciones de emergencia para casos que pongan en peligro la economía de un hogar son algo que siempre está encima de la mesa. Hay muchas formas de abordarlas, muchas propuestas y soluciones diferentes. No obstante, la más popular ha sido, es y será la figura del préstamo. Una que puede funcionar bien, aunque no es precisamente la más aconsejable.
En un contexto con más incertidumbre que nunca, que incluso podría afectar a la salud mental de la población, siempre es aconsejable tener alternativas para posibles complicaciones económicas. Muchas familias miran de reojo a los ahorros que han ido acumulando todo este tiempo, cosa que se postula como la solución perfecta para este tipo de ocasiones. Sin embargo, otras tienen que buscar otras opciones que miran más de cerca a bancos y entidades financieras.
Y es una opción viable, aunque no la más aconsejable. El gran problema de ella es que puede resultar abrumadora cuando se da un primer paso hacia su interior. Una vez se empiezan a sopesar la contratación de diferentes préstamos o créditos, términos como los plazos de amortización, el TAE y otros tantos que las empresas lanzan tan alegremente pueden generar una enorme confusión.
Por eso queremos ayudarte, para que, si te adentras en este campo, lo hagas contando con el apoyo de la mejor información y con una base de conocimiento clave para evitar cualquier error o cualquier intento de estafa. Porque debes saber que, incluso en este ámbito, las estafas online están a la orden del día. Hay que andarse con mucho cuidado para contratar un buen crédito o un buen préstamo.
Los términos clave en productos financieros
Antes de entrar en materia, recomendamos complementar estos conceptos con la mejor información sobre créditos online inmediatos y de otros tipos que puedes encontrar en portales como el enlazado. Los comparadores online son un buen punto de partida a la hora de contratar este tipo de productos, ya que su objetivo es precisamente recopilar todas las características y las mejores propuestas del panorama.
Ahora sí, vamos a entrar en materia para ver cuáles son las variables y términos implicados en los créditos y demás productos financieros de este tipo. Lo que necesitas controlar para entender lo que firmas ante una entidad bancaria o financiera.
Intereses
Cifra porcentual que se aplica al importe total del préstamo y que obliga a pagar una cantidad adicional en el cómputo global. Una cifra variable en función del volumen del importe, de los plazos y de la entidad a la que se solicite el producto. Lo aconsejable es que no sea superior a un 10%, aunque se han llegado a dar casos en los que esta cifra se ha disparado por la existencia de cláusulas abusivas.
TAE
Tipo de interés de base anual que se calcula a partir del coste del préstamo. Es un valor que sirve para entender cuál es la mejor opción en función de la cantidad y los plazos que se hayan escogido. Extrapola todo de forma que se reduzca una cifra total anual para ver las diferencias que hay. Incluye en su interior todos los costes añadidos que haya al importe solicitado, como pueden ser las tarifas de gestión, las comisiones y otros pagos derivados que pueden surgir.
TIN
El TIN es el coste nominal del préstamo. Es decir, la cifra de la cantidad solicitada junto con todos sus intereses. Deja a un lado otros gastos adicionales como pueden ser las comisiones de gestión o las tarifas que deriven de la formalización del contrato. Es una cifra que forma parte del TAE mencionado anteriormente, y que ayuda a tener una idea aproximada del gasto total.
Comisión por amortización anticipada
Las cuotas por amortización anticipada, normalmente expresadas en porcentajes, indican la cantidad que hay que pagar adicionalmente en el caso de liquidar el préstamo o el crédito antes del plazo acordado. Generalmente son los bancos los que añaden este concepto, y no suele ser algo superior a un 1% o a un 2%. Los hay, incluso, que la anulan como ventaja para el consumidor.
Plazos
Los plazos, mencionados en más de una ocasión ya, son ni más ni menos que el total de pagos que se deben hacer. Generalmente, se establecen con una periodicidad mensual para que el cliente vaya abonando la cantidad acordada cada mes que pasa. No obstante, pueden darse casos en importes de menor cantidad en los que se establezcan plazos semanales o quincenales.
A esto se pueden sumar otros elementos como los intereses por demora, que se añaden al pago en caso de no abonar las cuotas en los plazos acordados; como también aspectos como el registro de ASNEF donde quedan registradas las personas morosas.
Con esto se maneja información suficiente como para saber cuándo se está ante un buen préstamo y ante un engaño. Recuerda que hay opciones mejoras para cuando surgen complicaciones económicas, aunque a veces este puede ser el mejor camino a seguir.