La tradición humanística y científica de Menorca, la campaña popular que se inició en 1973 para salvar la Albufera de Es Grau y la transición política de finales de aquella década fueron elementos que cimentaron la necesidad de emprender un proyecto de Menorca que aglutinara las aspiraciones de diversos campos. Así, según explicó Josep Miquel Vidal Hernández en un artículo sobre los inicios de este Instituto, empezó un camino que sigue hoy.
Marta Jordi, actual coordinadora científica, señala que las mayores aspiraciones culturales y científicas se siguen trabajando en el seno de esta institución y cita algunos ejemplos claros como el desarrollo de las Directrices Estratégicas de Menorca (DEM) o la candidatura de la Menorca Talayótica para ser declarada Patrimonio de la Humanidad, por poner algún ejemplo.
Aunque es cierto que el IME es mucho más. Bajo el paraguas del IME está el Observatorio Socio Ambiental de Menorca (OBSAM) que hace un seguimiento de los principales indicadores económicos, naturales o sociales. Un trabajo que se integra en el concepto de Reserva de la Biosfera. También se focalizan desde el IME ayudas a la investigación. Sus becas permiten todos los años que salgan adelante estudios vinculados a la isla. T
ambién se forjan premios de investigación en Ferreries, Mercadal y Fornells. El archivo y documentación científicos o las Comisiones de trabajo e investigación en temas como botánica, gastronomía, de ediciones (en papel o digitales) así como en música son campos que aborda también este instituto.
Los fondos documentales que atesora el instituto, muchas veces provenientes de diferentes donaciones particulares, contempla desde nombres como Angel Ruiz y Pablo como el de Mari Àngels Cardona o el de J. J. Rodríguez Femenías, además del Herbario general de Menorca.
A nivel de ediciones se publican escritos en media docena de colecciones, además de participar en co-ediciones como la Obra completa de Antoni Febrer i Cardona o la publicación de la Revista de Menorca.
Los cursos y jornadas, como la Escola de Salut Pública, las Trobades Científiques de la Mediterrània o la UIMIR son actividades que se siguen haciendo, adaptadas a los nuevos tiempos, como explicó Jordi.