Skip to content

“De lo que hagamos dependerá quién empieza el 2021 y quién no”

Habla Margalida Frontera, asesora del Govern para el desconfinamiento

Lo que nos espera.
Lo que nos espera.
Margalida Frontera expone los retos que planteará la Covid-19 de cara a los próximos meses. (Foto: CAIB)

“Nos estamos acostumbrando a trabajar con una incerteza constante”, reconoce al inicio de la entrevista Margalida Frontera, asesora del Govern para el desconfinamiento. Poco después, la conversación deriva hacia una referencia estrictamente cinéfila, en concreto hacia el argumento de la mítica película de intriga “Charada”, dirigida por Stanley Donen y protagonizada por Audrey Hepburn y Cary Grant. En el filme, todos los personajes le van contando a Audrey Hepburn cosas diferentes sobre los mismos hechos y llega un momento en que ella no sabe ya a quién creer o quién le está diciendo o no la verdad. Una sensación parecida podemos tener hoy muchos ciudadanos en la vida real, al escuchar constantemente todo tipo de opiniones y de teorías sobre el Covid-19.

“A veces me siento un poco como Audrey Hepburn en “Charada”. ¿En quién debo confiar?

Yo creo que las principales voces que tenemos que escuchar son las de los profesionales que están en primera línea, que están tratando con los efectos devastadores que está teniendo esta epidemia, y también hemos de confiar en la voz mayoritaria de la comunidad científica. Es verdad que en ese ámbito y en otros siempre puede haber voces discordantes, pero en general la comunidad científica está muy de acuerdo en qué es lo que estamos viviendo y en cómo se ha de gestionar. Es evidente que esta crisis está siendo devastadora a nivel social, económico y sanitario. Por tanto, lo que tenemos que hacer es poner el máximo esfuerzo para que acabe lo antes posible.

¿Una de las excepciones sobre cómo gestionar la pandemia sería quizás Suecia?

Suecia ha decidido llevar a cabo una estrategia diferente a la del resto de Europa. Se puede opinar sobre si esa estrategia ha sido correcta o incorrecta. Ahora bien, si comparas el número de muertos que ha habido en Suecia con el de Noruega, Finlandia o Dinamarca, que son los países que tienen unas condiciones más similares a las de Suecia a todos los niveles, ves que el número de fallecidos en Suecia ha sido terriblemente más alto. Además, a nivel económico tampoco se ha visto en Suecia una situación mejor que en otros países. En ese contexto, deberíamos preguntarnos si ha valido la pena que Suecia evitase las restricciones que sí hemos aplicado el resto de naciones.

“El incremento de encuentros sociales que habrá estos días comportará casi con total seguridad una subida del número de contagios”

Visto ya hoy con algo de perspectiva, ¿la desescalada se hizo quizás con excesiva rapidez?

Hoy pensamos que fue demasiado rápida, sí. También es cierto que nos encontrábamos ante una situación nueva, que no sabíamos cómo evolucionaría. Durante el confinamiento, habíamos conseguido unos números de contagios muy bajos. A partir de ahí, la desescalada se hizo con una sistemática que pensábamos que era la adecuada, con 14 días como mínimo entre cada fase y con un seguimiento muy completo del número de contagios que se iban produciendo. No obstante, no estábamos preparados a lo mejor para ver cómo de rápido podía rebrotar la situación en el momento en que se relajasen las medidas. Probablemente, se pudo haber hecho mejor. Eso es algo que hemos aprendido ahora.

Las residencias han sido, tristemente, uno de los espacios más afectados por la pandemia…

Lo que ha ocurrido en las residencias ha sido el ejemplo más doloroso de los efectos de esta pandemia y ha coincidido además con el hecho de que sus usuarios son una población muy vulnerable. Por otro lado, se ha demostrado que las residencias eran unos espacios muy difíciles de controlar una vez que entraba una infección, como ocurre también en otros espacios colectivos. En ese sentido, hemos ido aprendiendo cómo se controlan los contagios conforme hemos ido teniendo más conocimientos sobre el coronavirus. Se trata de un virus que no conocíamos y que nos ha hecho cambiar muchos paradigmas que estaban muy establecidos en la comunidad científica y médica. Por eso, estamos haciendo hoy adaptaciones de los protocolos en base a los conocimientos que tenemos ahora y esperamos que ayuden también a prevenir posibles contagios.

“Hoy pensamos que la desescalada fue demasiado rápida”

¿Los confinamientos perimetrales puntuales son una buena solución?

Sí, es así, sobre todo cuando hay una zona que está afectada por una incidencia de contagios muy elevada y tiene además una movilidad muy alta con otras zonas próximas. Eso fue lo que pasó por ejemplo en Manacor, por ser capital de comarca, pues había una movilidad muy importante de varios pueblos de la comarca hacia Manacor y ello estaba generando un aumento de contagios en toda la zona. Por tanto, en situaciones de ese tipo, la restricción de la movilidad es una de las herramientas más importantes que tenemos para conseguir no sólo disminuir el número de contagios en el área afectada, sino también para evitar que los contagios se puedan expandir a otras zonas. Además, los cierres perimetrales de municipios o de barriadas son menos costosos para la sociedad que, por ejemplo, el confinamiento total de una Comunidad autónoma.

¿Vacunarnos de la gripe podría ser bueno para prevenir posibles nuevos casos de coronavirus?

Vacunarse de la gripe siempre es positivo por diferentes razones, por ejemplo si se pertenece a un colectivo vulnerable o a uno de riesgo, como podría ser el personal sanitario. Nosotros siempre recomendamos vacunarse de la gripe, porque protege la salud de las personas y ayuda a disminuir la presión asistencial, algo que es especialmente importante en la situación actual, en la que ya de por sí tenemos una gran presión sobre el sistema sanitario por culpa del Covid-19. Por otra parte, en relación a lo que me preguntaba, hay estudios que parecen sugerir que el hecho de protegerse con la vacuna de la gripe podría conferir también algún tipo de protección frente al coronavirus. Esos indicios nos animan aún más a transmitir a la población el mensaje de que este año es especialmente importante seguir la recomendación de vacunarse de la gripe.

“Las partículas suspendidas en el aire juegan un papel determinante en la transmisión del coronavirus en espacios cerrados”

¿A lo largo de 2021 deberemos seguir con la mascarilla, la distancia y el lavado de manos?

Muy probablemente será así, hasta que hayamos podido completar el proceso de vacunación de la población y hayamos podido comprobar sus consecuencias. Aún queda un tiempo para conseguir la inmunidad de grupo, que sólo se consigue gracias a la vacunación. Dicho esto, sería bueno que hábitos como lavarse las manos se consoliden para siempre. A nivel sanitario siempre se ha hablado de la importancia de una buena higiene de manos no sólo para la prevención del Covid-19, sino también de múltiples enfermedades infecciosas. Por otro lado, estamos viendo hoy en diferentes países una disminución significativa en el número de infecciones respiratorias, que se podría asociar tal vez a llevar mascarilla en determinados espacios. Así que a lo mejor en el futuro se tendrá que normalizar llevar mascarilla cuando tengamos una infección respiratoria.

¿Cómo valora la actuación del Govern en los colegios?

Desde el punto de vista técnico, hemos de aplaudir la actuación que ha llevado a cabo la Conselleria d’Educació para promover la instalación de medidores de CO2 y de purificadores en las aulas. Se trata de una iniciativa pionera en el conjunto del Estado y que en Europa ha sido desarrollada en pocos lugares. Es muy positivo que eso se haya hecho, pero aun así no se ha de olvidar que esas actuaciones tienen que ir acompañadas de las habituales medidas de precaución, como el uso de la mascarilla o el mantenimiento de la distancia.

¿Las buenas noticias dependen de que no bajemos la guardia?

Totalmente. Además, por suerte, de cada vez más vamos entendiendo mejor cómo se producen los contagios y eso nos permite focalizar más las actuaciones, las medidas y las restricciones hacia allí donde sabemos que hay más peligro. Ahora sabemos ya, por ejemplo, que la ventilación es un tema fundamental para evitar contagios y también sabemos que con la llegada del frío será más difícil que se tenga en cuenta esa circunstancia que no cuando hacía más buen tiempo. Por eso hemos de insistir mucho en que precisamente ahora es más importante que nunca recordar las medidas de prevención y evitar las situaciones de riesgo.

“Se ha demostrado que las residencias eran unos espacios muy difíciles de controlar una vez que entraba una infección”

¿Qué sabemos ya hoy con seguridad sobre los aerosoles?

Ahora mismo, todas las evidencias apuntan a que los aerosoles —partículas suspendidas en el aire— juegan un papel determinante en la transmisión del coronavirus en espacios cerrados. Lo estamos viendo tanto en pruebas de laboratorio como cuando estudiamos los casos de contagios que se producen en todo el mundo en determinados espacios.

¿Una buena ventilación es por tanto esencial?

Sí, es esencial que haya espacios abiertos y ventilados. Además, hay que procurar que haya una corriente de aire, porque si tienes una ventana abierta, pero la puerta está cerrada y no hay movimiento de aire, ello no ayuda demasiado. Lo mejor es que haya una ventilación cruzada, es decir, que haya corriente de aire entre dos paredes opuestas y que ese aire sea exterior siempre que sea posible. Todo ello sin olvidarnos de la mascarilla y evitando las actividades que generan más aerosoles, como gritar o cantar.

Nada de villancicos, entonces…

Bueno, se pueden cantar en el exterior y con distancia de seguridad —sonríe—.

“Sólo si conseguimos controlar de una forma muy estricta la epidemia, podemos tener una actividad turística”

¿Están preocupados por un posible incremento de casos de Covid-19 tras la Navidad?

Sí, estamos muy preocupados, porque los momentos de encuentros sociales son los más peligrosos, sobre todo cuando nos encontramos con gente con la que no convivimos habitualmente y cuando relajamos las precauciones. Esto último es algo que pasa especialmente cuando nos encontramos con la familia y los amigos. Psicológicamente nos encontramos más confiados y seguros, por lo que no tomamos las precauciones que a lo mejor mantenemos en otro entorno. Por tanto, sabemos que el incremento de encuentros sociales que habrá estos días comportará casi con total seguridad una subida del número de contagios. Aun así, confiamos en que una gran parte de la población nos escuchará para saber cómo reunirse de forma segura y que maximizará las precauciones, a pesar de que somos conscientes de que el riesgo cero no existe.

¿Por qué podrá haber diez personas en las reuniones navideñas en lugar de, por ejemplo, once o nueve?

Se tenía que definir un número y ha sido diez en este caso. A nivel sanitario se ha discutido mucho sobre cómo gestionar las fiestas que vienen, porque las medidas que se aprueben han de tener en cuenta no sólo las matemáticas epidemiológicas, sino también aspectos sociológicos o psicológicos. Esos aspectos se han de incorporar a las estrategias previstas para poder hacerlas factibles, porque si apruebas una medida que después no podrás hacer cumplir, al final puede resultar más perjudicial haber sido previamente demasiado estricto. A veces tienes que renunciar a lo que epidemiológicamente piensas que sería lo ideal, por una solución intermedia que sea más factible y que dé a la gente la posibilidad de hacer las cosas bien.

“En el futuro se tendrá que normalizar llevar mascarilla cuando tengamos cualquier infección respiratoria”

Son cuestiones complejas, sí…

El número de personas es, evidentemente, muy importante, y por eso hemos de intentar ser el menor número posible de personas en las reuniones navideñas, pero también es importante saber cómo se desarrollarán esos encuentros. Esa es la cuestión más relevante sobre la que tendremos que trabajar durante las próximas semanas, pues no sólo es fundamental decidir cuántas personas nos reuniremos, sino también cómo lo podemos hacer para ver a nuestros familiares sin ponerlos en riesgo.

¿Entienden el cansancio de la gente por la duración de la pandemia?

Sí, lo entendemos, es un efecto totalmente comprensible y natural. De hecho, estamos trabajando también sobre esta cuestión, que es conocida como “fatiga pandémica”. Así, miramos cómo se puede ayudar a la población a seguir aguantando, porque somos conscientes de que se está viviendo una situación muy dura, sobre todo a nivel físico y psicológico. Por tanto, desde diferentes ámbitos intentamos fijar estrategias para ayudar a que la población pueda seguir haciendo caso a las actuales recomendaciones. Aun así, como le dije, es comprensible que haya llegado un momento en que estemos cansados, ya sea de no poder reunirnos con la gente que amamos o de evitar el contacto físico. Son situaciones que hace un año nadie imaginaba que pudieran llegar y que llevamos muchos meses soportando, si bien haciéndolo en general muy bien.

“Si apruebas una medida que después no podrás hacer cumplir, al final puede resultar más perjudicial”

¿Las vacunas del coronavirus son seguras?

Por lo que se sabe hasta ahora, las nuevas vacunas son seguras, si bien es verdad que nos gustaría que hubiera más datos disponibles, para que la comunidad científica los pudiera evaluar. Pero aun así, hemos de tener en cuenta que el número de personas con las cuales se han probado ya las primeras vacunas ha sido un número ingente. En ese contexto, no se han observado problemas importantes y por tanto en estos momentos tenemos un grado de tranquilidad muy importante respecto a la seguridad de estas vacunas.

¿Cómo se puede reactivar el turismo en el actual contexto?

Soy de la opinión de que sólo si conseguimos controlar de una forma muy estricta la epidemia, podemos tener una actividad turística. Al final, lo que quieren los turistas cuando viajan es seguridad. Y la seguridad se consigue poniendo las medidas necesarias, como por ejemplo controlando que los visitantes vengan sanos. También creo que cuando se quiere crear una norma general para territorios demasiado diversos, posiblemente luego esa norma general no sea fácilmente adaptable a la realidad de algunos territorios. En el caso de Mallorca, hemos de hacer normas y aprobar medidas que estén adaptadas a la realidad de que somos un territorio insular.

“Hay estudios que parecen sugerir que la vacuna de la gripe podría conferir también algún tipo de protección frente al coronavirus”

¿Ser una isla es ahora algo más bien ventajoso o quizás un poco perjudicial?

Por una parte, esa circunstancia nos hace más fácilmente protegibles a nivel de entradas y salidas. Eso es algo que tendríamos que aprovechar poniendo las medidas que sean necesarias para evitar la importación de casos. Por otra parte, la insularidad nos hace también más débiles, porque dependemos de una industria turística que requiere de un control exquisito de la epidemia y porque a diferencia de otras comunidades no nos es posible derivar pacientes en una situación complicada a nivel de presión asistencial. Ello hace que a lo mejor necesitemos un nivel de control de la epidemia más elevado aún que en otros lugares.

¿Qué último consejo daría ante la inminencia de estas próximas fiestas?

Insistiría en la importancia que tendrá todo lo que hagamos durante las próximas semanas, ya desde hoy mismo, porque de eso dependerá mucho quién empieza el 2021 y quién no lo empieza. Tenemos una responsabilidad colectiva muy grande, más allá del trabajo de los técnicos, los políticos o el personal sanitario. Todos tenemos una responsabilidad muy grande en lo que pueda pasar en las próximas semanas. En un momento en el que se empieza a ver ya una luz al final del túnel de la pandemia, es más importante que nunca mantener el esfuerzo y no bajar la guardia.

.- Este es un artículo de Josep Maria Aguiló i Mallorcadiario.com para Menorcaaldia.com


Comment

  1. … lo ha dicho claramente… los espacios cerrados, sin ventilación, como los templos religiosos, iglesias y capillas, donde se canta o declaman salmos a voz en grito, expectorando partículas de saliva en aerosol, y a los que acuden los pocos fieles que les quedan, que resultan ser gente de edad avanzada y por tanto grupos de riesgo, pues deberían vigilarse de manera extrema, incluso mandar restringir su actividad… la gente puede vivir perfectamente sin supersticiones…

Deja un comentario

Your email address will not be published.