Antes de la era pandémica ya había muchas personas que veían el peligro de que desaparecieran las pensiones. Jubilados en el norte de España y grandes ciudades, a la postre también con movilizaciones que llegaron a las calles de Menorca, fueron alzando la voz hasta que nos enviaron a todos a mantener confinamiento preventivo.
Pero ni han menguado las preocupaciones ni tampoco las voces que se alzan. En los últimos días el sindicato CGT recuerda que no depende de quien toma las decisiones en Moncloa si no de qué decisiones se toman para mantener, recuperar o dejar perder uno de los peldaños del estado de bienestar. Las generaciones actuales acumulan deuda y la demografía arroja cifras en negativo. Cualquier estadista confirmará que el mantenimiento de la sociedad en el futuro tiene en serio peligro poder percibir un emolumento para el momento en el que deje de ser trabajador activo.
El COVID no ayuda en nada. En este contexto, desde el sindicato advierten que la privatización de las pensiones no es sinónimo de bienestar social si no de negocio asegurado.
En el marco del Pacto de Toledo se plantea mantener la vida laboral más allá de los 65 años y fomentar de manera voluntaria que se pueda seguir trabajando después. Según los cálculos actuales, más de un tercio de las pensiones no llegan al umbral de la pobreza y más de la mitad no alcanzan el salario mínimo actual de 950 €/mes. Y sin embargo no hay una recomendación para revalorizar las pensiones mínimas. Este sindicato está reivindicando que la pensión mínima sea igual al salario mínimo y éste sea lo que indica la Carta Social Europea, 1.084 €/mes y 14 pagas al año. Otro dato que aportan es el de que un 12,3 % de las personas con empleo no superan el umbral de la pobreza.
Según CGT, de las últimas decisiones adoptadas se introducen los Planes de Pensiones Privados en el sistema público a través de unos planes de empresa acordados en convenios colectivos y por tanto, con el beneplácito de los sindicatos mayoritarios, que tienen a su vez intereses económicos en estos planes privados de pensiones de empresa. Eso es lo que buscan los bancos y aseguradoras, el Banco Central de la Unión Europea, el Banco Mundial, para que estos fondos los gestionen ellos como fondos de inversión. Aseguran desde CGT que este es el primer paso para implantar lo que se denomina “la mochila austriaca“. Se llama así a un sistema de aseguramiento (o indemnización) del despido con el que las empresas aportan obligatoriamente cada mes una cierta cantidad a cuentas de ahorro individuales de cada uno de sus trabajadores, que estos pueden rescatar cuando se produce su cese.
Desde el sindicato CGT hacen un llamamiento a la población en general a participar en la manifestación que convoca la plataforma de pensionistas en Menorca el martes día 29 de diciembre a las 12 horas en la plaza de la Catedral de Ciutadella.
