Un observatorio realizado por las federaciones ACTAS, AMMFEINA y Dincat entre las respectivas entidades sociales confirma los efectos devastadores de la pandemia de Covid-19 sobre el empleo de personas con discapacidad intelectual y personas con problemas de salud mental. En concreto, y según los datos aportados por 37 entidades y una muestra de 3.220 personas, la destrucción de puestos de trabajo en el mercado laboral ordinario de este segmento poblacional entre los meses de marzo y septiembre fue del 9,3%.
En estos seis meses se pasó de 1.426 personas ocupadas a 1.292. Esta cifra, sin embargo, podría ser sólo “la punta del iceberg”, advierten. A principios de septiembre, más de 150 de las 1.292 personas con discapacidad intelectual y personas con problemas de salud mental participantes en el observatorio que tenían un contrato laboral en vigor aún no trabajaban con normalidad. Esto supone que la cifra estimada sobre la destrucción de puestos de trabajo podría crecer hasta el 20,3%.
La consecuencia directa de esta destrucción de puestos de trabajo es que las entidades sociales que gestionan servicios y programas de orientación laboral han sufrido un incremento de más de 16 puntos de la demanda de participación en estos recursos de búsqueda de empleo.
El descalabro económico provocado por la pandemia de la Covid-19 dibuja un escenario laboral “muy incierto y preocupante”, dicen las entidades, para las personas con discapacidad intelectual y las personas con problemas de salud mental, dos de los grupos de población que, de manera estructural, más dificultades registran en el acceso al mercado de trabajo ordinario.
Ante esta realidad, el sector insta a la administración pública a promover políticas activas de empleo que favorezcan la inserción laboral de estas personas y pongan a su disposición los apoyos necesarios para mantener sus puestos de trabajo. Por un lado reivindican la aplicación de medidas de acción positiva en los diferentes programas de las políticas activas de empleo y servicios de orientación, intermediación, acompañamiento y apoyo y, por otro, el reconocimiento de la metodología del Trabajo con Apoyo (TcA) como un servicio especializado y con presupuesto específico.
El TcA es un modelo de inclusión laboral que facilita la incorporación de colectivos con especiales dificultades a la empresa ordinaria, a través de estrategias y procedimientos de apoyo ajustados a las necesidades de la persona trabajadora, ofreciendo un apoyo continuado tanto a la persona como a la empresa.
.- Este es un artículo de social.cat y AMIC para Menorcaaldia.com.