Olas de más de 14 metros en el puerto de Maó, lluvias torrenciales, viento a 90 kilómetros por hora, fuertes tormentas, playas engullidas por el temporal… Hace un año, allá por el 20 de enero de 2020, Menorca sufría los efectos de la borrasca “Gloria”, que unas horas antes ya había alcanzado la Isla. Ciutadella y diversos puntos de la costa sur, como s’Algar, padecieron sus efectos.
“Gloria” irrumpió en Menorca con precipitaciones y rachas muy fuertes de viento. La lluvia se dejó notar especialmente en Es Mercadal, donde cayeron hasta 68.8 litros por metro cuadrado en las primeras horas.
La borrasca fue ganando en relevancia a medida que avanzaban las horas y tuvo consecuencias devastadoras en espacios históricos de la costa sur, como el emblemático chiringuito “Los Bucaneros” de Binibeca, en pie desde los años 60 y que recibió el duro impacto de las tormentas.
Pero la peor parte se la llevó la urbanización de s’Algar, especialmente la Setena Avinguda, expuesta al mar. Las casas de primera línea notaron el crudo impacto del temporal, que dejó un reguero de piedras, escombros y propiedades muy afectadas. Los daños en Sant Lluís se cuantificaron en más de 250.000 euros.
Las intensas lluvias hicieron desaparecer playas enteras como las de Cala’n Porter, Binibeca o Cala’n Turqueta, dejando estampas increíbles. Tres días de borrasca “Gloria” que muchos menorquines jamás olvidarán y que hoy, un año después, todavía guardan en la memoria.