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Acuicultura, contaminación lumínica y vertidos: impactos en el medio marino de Menorca

Según un estudio del Observatori Socioambiental de Menorca (OBSAM)

Un equipo de investigación del OBSAM ha analizado las presiones humanas en este espacio
Un equipo de investigación del OBSAM ha analizado las presiones humanas en este espacio

Se han identificado hasta 36 presiones, como la acuicultura, la contaminación lumínica o los vertidos, al medio marino de Menorca. Muchas de las presiones se generan en tierra y están vinculadas a los puertos o a las urbanizaciones costeras. Según los investigadores, estas son las zonas en las cuales se tiene que poner más atención en los planes de ordenación turística o territorial.

Las actividades humanas afectan el estado del medio marino de Menorca y durante un año, un equipo de investigación del Observatori Socioambiental de Menorca (OBSAM) ha estado localizando las presiones antrópicas, detectando los impactos y elaborando una propuesta de restauración de los hábitats afectados. El estudio quiere contribuir a la mejora del estado de conservación de los ecosistemas marinos y revertir, en la medida de lo posible, los impactos que ya están afectando el mar.

El estudio de Evaluación de las presiones y amenazas en el litoral y el medio marino de la Reserva de Biosfera de Menorca ha concluido su primera fase, cofinanciada por la Fundación Marilles, la Fundación para la Preservación de Menorca y la Agencia Menorca Reserva de Biosfera; y con el apoyo logístico del Instituto Balear de la Naturaleza del Gobierno de las Islas Baleares, la Estación de Investigación Jaume Ferrer (COB-IEO) y la aprobación de la Dirección General de Pesca y Medio marino.

El estudio ha puesto de manifiesto que presiones producidas en un pequeño espacio de tiempo, pero con una gran intensidad, son capaces de provocar un gran impacto negativo. Es el caso de los efectos de las granjas de acuicultura en la Bahía de Fornells, que continúan visibles treinta años después de que la actividad cesara. O el vertido puntual de bentonita durante las obras de construcción de la desalinizadora de Ciutadella en 2010, que degradó una extensa pradería de posidonia. Sin embargo, se ha valorado que es posible una restauración de esta zona gracias a la replantación de posidonia. En cambio, la construcción del dique de Son Blanc se ha considerado como un impacto irreversible, puesto que su construcción supuso la eliminación directa de hábitats.

Marina Bagur, coordinadora del proyecto, afirma que: “Uno de los trabajos más interesantes y, al mismo tiempo, el más complicado ha sido determinar los umbrales en los cuales una presión puede causar un impacto negativo sobre el medio.”

Aina Blanco, técnica colaboradora del OBSAM: “Identificar aquellas presiones susceptibles de generar mayores repercusiones negativas sobre el medio marino es el primer paso para centrar los esfuerzos a la hora de hacer una gestión integrada del mar y la costa.”

Eva Marsinaych, responsable del seguimiento del medio marino del OBSAM añade: “Para gestionar un espacio es necesario conocer los elementos naturales y biológicos característicos de cada lugar, pero es igual de necesario conocer los usos y las actividades que se desarrollan.”

Rebecca Morris, directora de la Fundación para la Preservación de Menorca: “Menorca es la Reserva de Biosfera Marina más grande del Mediterráneo. Para protegerla y restaurarla como se merece, es esencial un estudio como este que analiza los impactos y que no solo permite evaluar de manera más precisa la intensidad de las presiones, sino también detectar zonas que sean susceptibles de ser sometidas a una restauración del hábitat o mitigación de las problemáticas existentes.”

Maite Salord, consellera de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera: “La conservación de nuestro medio marino depende directamente de la relación que establecemos con él. La evaluación de esta relación, de las presiones antrópicas sobre nuestro mar y nuestra costa, son la base con la que elaborar políticas de sostenibilidad en la Reserva de Biosfera de Menorca. El estudio del OBSAM permite identificar aquellos aspectos sobre los que centrar nuestros esfuerzos”.

Los datos obtenidos indican la necesidad de recopilación de más datos, tanto bibliográficos como empíricos, para evaluar las presiones y los impactos de una manera más exacta. La información resultante de este estudio podría incorporarse al Informe Mar Balear, del cual el OBSAM forma parte.

El proyecto –desarrollado en el marco del programa de Seguimiento del medio marino del OBSAM– es un primer paso con el fin de convertirse en un seguimiento a largo plazo. Los investigadores seguirán trabajando en la evolución de las presiones, la evaluación de nuevos posibles impactos, y la definición de zonas sensibles.


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