“¿Cómo se acompaña usted?”

¿Qué nota sacaría usted en la reválida de la vida del 2021? ¿Qué nota sacaría usted en introspección y en su nivel de autoconocimiento? ¿Con que autonarrativa se pasea? ¿es positiva, es negativa, es autocompasiva? ¿cómo nutre su mente? ¿pasaría usted la ITV emocional anual? ¿qué tiempo dedica de su vida a las personas que aprecia? ¿funciona usted desde la quejorrea o mas bien usted circula por la vida en modo agradecido? ¿qué sentido o propósito tiene su vida? ¿qué tipo de atención práctica, la del vaso medio lleno o medio vacío? ¿cuánto tiempo dedica a la autobservación y al maquillaje de su ombligo? ¿cómo va su despellejamiento del prójimo y el navajeo familia?

Ya lo saben, pero no está mal, recordarlo, que aguantar no es controlar. El que aguanta se cuece por dentro y se pasa d frenada internalizando el mal yogurt, de ahí que somatice todo el mogollen emocional toxico que no sabe canalizar adecuadamente. Es relevante aclarar que el cuerpo no siempre sale airoso de las amenazas que recibe. En demasiadas ocasiones el sistema no sólo sufre una sacudida, sino que se colapsa, pudiendo instalarse una dolencia crónica o hallar su destino, es decir la muerte. Luego hay que aprender e interiorizar que la clave no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Por eso hay que prohibirse ejercer de pirómanos y renunciar en echar gasolina al fuego. Hay que interiorizar que nos pueden que querer mucho y a veces no comprendernos. Y sin embargo no es necesario amar a alguien para escucharlo respetuosamente. Como dijo un psicólogo “no se puede ordenar a alguien que sienta amor por una persona, pero sí que la trate con amor” y no hay mejor pócima para sanar las heridas del rechazo tiene que haber amor y perdón mutuo. Y que decir de cuando optamos por el re-sentimiento y la amargura sobre sucesos del pasado, como decía Toni de Mello “un agravio no significa nada sino insistes en re-cordarlo”.

Siempre es conveniente tener presente, que, igual que aprendemos a lavarnos los dientes y lo hacemos cada día, podemos entrenar nuestra mente a través de la higiene mental. Podemos construir nuestro bienestar emocional y construir y reconstruir nuevos mapas mentales, gracias a esa propiedad magnifica de nuestra mente, que es la neuro plasticidad. Nadie es más que nadie. Como dice el grupo analista Jose Maria Ayerra” Si algo nos caracteriza a todos es nuestra indefensión, que si la aceptamos nos conduce a la empatía y a la solidaridad. Esta es una de las lecciones de esta dramática pandemia. Los ingredientes para cambiar tienen, lo largo de nuestra existencia, que ver con el coste, la frustración y el dolor. Solo el cariño como catalizador nos permite integrarlas”.

En fin, la mente humana se lo monta lo mejor posible y que puede para adaptarse de la forma más adecuada a la realidad. Ahora bien, tenemos momentos de perplejidad, de asombro ante la vida, de interrupciones de la vida; buscamos motivaciones para vivir, para luchar, para esperar, para encontrar unas metas, una guía o una directriz en la vida. Solo desde un darse cuenta interna y en el encuentro con los demás se va haciendo el camino.

Como decía Gil de Biedma “que la vida va en serio, nos enteramos demasiado tarde”.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.