Cero palabras para definir el sentimiento que embarga a miles de menorquines. Cero, o infinitas, como el infinito tiende a cero, como cero casos se han registrado varios días en las últimas semanas en Menorca. Perplejidad, resignación, impotencia, incomprensión, indignación, vergüenza, insulto, tomadura de pelo, paciencia, lo de siempre, miedo, cobardía, sinsentido…
Escribo estas líneas a bordo de un avión atestado de pasajeros, mientras hace poco más de 24 horas me impedían entrar en las pistas de atletismo de Maó donde se celebraba un control de pista, con 0 personas de público. Para quién no las conozca, instalaciones amplias, al aire libre, con un único punto de acceso habilitado, circunstancias que, unidas a la colaboración de los responsables de los clubes y la Federación de Atletismo, permiten el cumplimiento de las medidas de seguridad, desde la toma de temperatura y la higiene de manos al entrar al mantenimiento de la distancia social entre atletas y público, y el público entre sí, y el uso de la mascarilla.
Sucede igual en pistas de baloncesto, canchas de tenis, campos de fútbol, cuyas condiciones, más cuando hay ganas de recuperar la normalidad y disposición a colaborar para que así sea, las convierten en espacios seguros, como lo son también recintos deportivos cerrados, teatros, museos, salas de exposición o de conciertos, hoteles, bares, restaurantes….
Se nos ha repetido que observando las medidas de protección se reducen los contagios, clave para mejorar los indicadores sanitarios, pero llegado el momento, sirve de poco o de nada, cero. Lo demuestran las restricciones que se están aplicando en Menorca, y que se mantendrán las próximas semanas, salvo que el Govern Balear realice un ejercicio de coherencia y rectifique.
No sé si es cuestión de carencias comunicativas, de lectura de la situación en clave mallorquina, de falta de recursos o exceso de miedos, pero no se entiende. No se entiende que se objetiven los niveles de riesgo para facilitar la toma de decisiones que permitan avanzar en el equilibrio salud-economía, y después se desprecien, para aprobar las restricciones que se quieran. Estamos en nivel 2 y muchas restricciones son las del nivel 3 o 4.
No se entiende el Gobierno balear no aproveche las diferentes situaciones epidemiológicas para comprobar si la desescalada puede ser más o menos rápida en un territorio limitado por su condición insular, inmerso en temporada baja, como no se aprovechó para probar cómo respondían los centros educativos en la primavera pasada, cuando Menorca estuvo muchos días con 0 contagios, o si funcionarían los corredores seguros para turistas.
No se entiende escudarse en lo que pasó en el puente de diciembre y en Navidad, una mezcla de irresponsabilidad individual pero también de dejación institucional– los controles de viajeros y de aglomeraciones brillaron por su ausencia buena parte de ese tiempo-, alentadas unas y otra por la falsa confianza de la inminencia de la campaña de vacunación. No se entiende la apelación a las nuevas variantes para el caso de Menorca en este momento.
No se entiende que se lance el mensaje de que da igual lo que hagas, que te esfuerces por cumplir con las medidas de protección, que proporciones geles, instales medidores de C02, le pidas a tus clientes que usen la mascarilla o pases semanas buscando soluciones para adecuar tu aforo de 5.000 personas a 1.000 o 200.
Hagas lo que hagas, la decisión la tomarán tus dirigentes conforme a sus criterios y sus miedos. Escuchando a medias, valorando a medias, arriesgando a medias, compensando a medias, animando a medias Con argumentos lastrados por la incertidumbre y la incongruencia, sostenidos por infinitas palabras que, como el infinito, tienden a cero.
Déjame que te cuente lo que es la indefensión aprendida. Es una manera de definir la actuación de un ser humano que ha aprendido (equivocadamente) que no tiene capacidad de actuar frente a una situación adversa.
Ha habido muchos estudios científicos al respecto y observaciones en la realidad, como cuando los nazis llevaban a los judíos a los campos de exterminio y estos acudían sin oponer resistencia alguna… ¿reflexionamos un poco?