La contaminación del aire de Maó se multiplica incluso por ocho los días que sopla el viento del norte. La razón es que esto empuja los humos de la central térmica de Maó y, de los barcos atracados en el puerto hacia la ciudad. Así lo confirma un estudio presentado por el grupo ecologista GOB que destaca la presencia de óxido de nitrógeno, dióxido de azufre y de nitrógeno.
Los ecologistas lamentan que con tantos de sensores en el puerto para medir la calidad del aire no se tomen medidas cuando hay un empeoramiento de la calidad de la atmósfera. Desde el GOB se reclama que la central eléctrica priorice las turbinas menos contaminantes cuando sople tramuntana. Desde el GOB recuerdan que unas funcionan con fuel y otras con gas. Las primeras utilizan un combustible más barato, pero también más contaminante. Por ello piden que se usen las de gas cuando sople viento del norte.
Otra medida recomendable para los ecologistas sería un servicio de alerta para las personas más sensibles a la mala calidad del aire. Esta medida les debería advertir cuando es desaconsejable que salgan al exterior a practicar deporte o a realizar alguna otra actividad que les pueda afectar a las vías respiratorias.
Durante 2019 se detectaron 23 franjas horarias en la que la calidad del aire de Maó bajó hasta regular según el informe del GOB.