Skip to content

Tres días de actos para celebrar el “Día Mundial del Teatro”

El Teatre Principal de Maó apunta a los más jóvenes y a los nuevos talentos

Marionetas que llegan de Lleida
Marionetas que llegan de Lleida
Los niños y los jóvenes en el centro del Día Mundial del Teatro

Del 26 al 28 de marzo desfilarán por el escenario menorquín los espectáculos Els musinautes a Bremen, On vas Moby Dick? y A mi ningú m’ha demanat si jo volia ser.
Ha transcurrido un año en el que la cultura se ha tenido que reinventar pero el Teatro ha encontrado la fórmula para que todo funcione como deber ser; con la aplicación de las medidas de seguridad, adoptando alternativas virtuales que complementan las presenciales, aplicando con rigor los aforos y el movimiento de entrada y salida de público. Y del trabajo que se ha desplegado, los resultados; la posibilidad de ofrecer estos espectáculos y alguna cosa más. Este plus es el anuncio del proyecto ganador de la convocatoria de coproducciones de espectáculos teatrales 2020-2021.

La Orquesta de Camara OCIM llegará el viernes 26 a las 11 de la mañana para hacer una matinal en streaming con la voz narradora de Aina Sastre. Así surge el espectáculo Els musinautes a Bremen.

El día posterior es para un público de entre 3 y 8 años. Será el sábado 27, en doble sesión a las 12 y a las 18 horas, llega el montaje On vas, Moby Dick? con el Centre de Titelles de Lleida que adapta el clásico de Herman Melville revisado por Joan Andreu Vallvé.

El domingo se representará A mi ningú m’ha demanat si jo volia ser. Una obra de Josep Orfila y Pau Auli. Triple sesión a las 11, 12 y 13 horas y en el backstage del teatro. Una forma disruptiva y diferente de conectar con el público. Hay que señalar que por las condiciones en las que se ofrece este poco convencional modo de teatro, teniendo en cuenta los espacios reducidos, el aforo se limita cada vez a solo 10 personas. Algo que ha provocado que ya se hayan vendido todas las entradas.

El “Día Mundial del Teatro” se celebra pero también sirve para reivindicar. En el manifiesto que se preparó el año pasado planteaba cuestiones como estas:
“Mientras actuamos en el escenario, a veces nos dejamos llevar por nuestra filosofía del teatro, en nuestro papel como precursores del cambio social a veces dejamos atrás a gran parte de la comunidad”.

“El teatro tiene un papel, un papel noble, debe dinamizar y hacer avanzar a la humanidad, ayudarla a levantarse antes de que caiga en un abismo”.

“El teatro puede convertir el escenario en un templo, el espacio de actuación, en algo sagrado. En el sur de Asia, los artistas tocan con reverencia el piso del escenario antes de pisarlo, una antigua tradición en la que lo espiritual y lo cultural estaban entrelazados”.

“Es hora de recuperar esa relación simbiótica entre el artista y el público, el pasado y el futuro. Hacer teatro puede ser un acto sagrado y los actores pueden convertirse en los avatares de los roles que desempeñan. El teatro tiene el potencial transformador de convertir la escena en un santuario y ese santuario en un espacio de actuación”.


Deja un comentario

Your email address will not be published.