El consumo de producto local a raíz de la pandemia y durante los meses de confinamiento en los domicilios -de marzo a julio de 2020-, aumentó un 13% en Menorca. Además un 12% de los consumidores ha incrementado la compra a domicilio y un 32% en tiendas de proximidad de la isla.
Son datos del Análisis de las Cadenas Alimentarias y Diagnosis del Sector de Producción Local, Ecológica, Agroindustrial y Artesanal de las Islas Baleares que la consellera balear de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mae de la Concha, ha presentado este miércoles y que analiza, entre otros, el impacto de la COVID-19 en los hábitos de consumo de alimentos de la población balear. La consellera ha destacado que la COVID-19 ha ayudado a tomar conciencia de “la necesidad de lograr un mayor abastecimiento alimentario local, una producción más justa y un consumo responsable al alcance de toda la ciudadanía”.
Este estudio señala que un 74% de la población menorquina está a favor de apostar por un modelo que camine hacia la soberanía alimentaria. La directora general de Políticas para la Soberanía Alimentaria, Paula Valero, ha destacado que “conocer y tener una diagnosis de la situación productiva y alimentaria de las Baleares es clave para ir hacia una mejora constante y progresiva de la capacidad de autoabastecimiento alimentario” y ha añadido que “favorecer el producto local, la economía circular y mitigar la huella de carbono son clave para poder implementar políticas a corto, medio y largo plazo”.
Según los datos analizados entre el periodo 2017/2019, el valor económico de las explotaciones agroalimentarias a las Baleares era de 232,5 millones de euros y ocupaban unas 225.595 hectáreas. En cuanto a la producción, ésta se basa en cultivos de hortalizas, patatas, legumbres y productos lácteos. En Mallorca se producen sobre todo cultivos de hortalizas y legumbres (32,1%) y patatas (31,7%). En Menorca, leche y sus derivados lácteos (77,3%) y en las Pitiüses, cultivos de hortalizas (46,55%).
En cuanto al desajuste entre importaciones y exportaciones en Baleares se cifra en 2.219.549 toneladas al año, un flujo que está claramente condicionado a la evolución de la actividad turística. Además, esta importación de producto agroalimentario es especialmente contaminante, hasta 3,4 veces superior, de media, al impacto que supone el consumo y distribución del producto local. Se producen más de 98.000 toneladas anuales de CO2 por estas importaciones a las Islas, y más de 60.000 toneladas anuales de residuos agroalimentarios.
En en cuanto a la distribución, el peso de los supermercados y autoservicios en Mallorca es mayoritario y representa el 50% del sistema de distribución de producto agroalimentario. La tienda tradicional es importante y por encima de la media estatal, especialmente en producto fresco, con un 30% cuota de mercado. Los restaurantes suponen el 22% restante de la distribución. En Menorca y las Pitiüses los datos son similares. El peso de los restaurantes a la distribución en estas islas es del 21%.
En lo referente al abastecimiento, las islas tan sólo tienen un porcentaje de capacidad de autoabastecimiento alimentario que se sitúa alrededor del 11,6%. Sin incorporar el peso turístico, esta cifra subiría al 16,13%. Sólo en Mallorca hay autosuficiencia en dos productos agroalimentarios: frutos secos y patatas. En Menorca, tan sólo hay autosuficiencia en la leche. En las Pitiüses tan sólo hay autosuficiencia en bebidas espirituosas.