De hecho, la diferencia se explica por una relación que, a la vista de las tablas de correlación, es bastante directa, superior a 0,9 puntos sobre 1: el porcentaje de población vacunada tiene que ver sobre todo con el número de vacunas recibidas por habitante.
Una vez distribuidas las vacunas en cada comunidad “el volumen de dosis administradas es parejo, prácticamente se administran todas las vacunas que llegan”, señala Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología.
Para el experto, “el músculo del sistema funciona bien y los profesionales también”, la única limitación que tenemos es el suministro de vacunas. De hecho, el porcentaje de dosis administradas es muy similar semana tras semana en todas las comunidades, en torno al 90 por ciento, lo que abunda en la explicación de que la eficacia de los distintos servicios de salud es similar y que las diferencias se debe, sobre todo, a las vacunas recibidas en cada territorio.
El Ministerio de Sanidad reparte las vacunas entre las comunidades en función de la población de riesgo a proteger y esta no es homogénea entre las comunidades.
POBLACIÓN DE RIESGO
Por eso, si al principio de la pandemia se priorizó a los mayores en residencias, aquellas comunidades con más personas en este tipo de centros recibían más vacunas.
La situación se irá equilibrando conforme avance el proceso de vacunación hacia capas de población con menos edad, cuando las comunidades con poblaciones más jóvenes deberían recibir más, ha indicado García Rojas.
Los datos de reparto de vacuna y de inmunización ofrecidos por el Ministerio de Sanidad confirman la relación directa entre las unidades de vacuna enviadas y la población que ha recibido la doble vacuna por comunidades y ciudades autónomas.
Asturias y Castilla y León son las dos comunidades que más porcentaje de población han vacunado, por encima del 12 por ciento, y también son las dos que más vacunas por cada 100 habitantes de más de 16 años han recibido, 48.
De hecho ambas comunidades tienen un “superávit” de vacunas del 29 por ciento en relación a lo que les correspondería si la distribución fuera estrictamente por población y no por grupos a vacunar.
En el lado opuesto, Canarias y Balears son las dos comunidades que menos vacunas han recibido en proporción a su población, 29 por cada cien habitantes de más de 16, y son las dos regiones que menos porcentaje de población han vacunado hasta ahora, en torno al 6,5 por ciento.