Propio. Se cierra una semana en la que Menorca ha redoblado su apuesta por un perfil propio. La apuesta se ha materializado con el anuncio de desmarcarse de las Illes Baleares y de España como destino seguro, una intención que se concreta en la emisión de informes sanitarios propios que animen a los operadores turísticos de los principales mercados emisores a elegir nuestra Isla, frecuentemente invisibilizada bajo el paraguas balear.
La iniciativa llega después de muchos meses en los que los esfuerzos de una Menorca, generalmente cumplidora en relación a las restricciones impuestas por la pandemia, se han traducido en datos epidemiológicos positivos que, sin embargo, no la han hecho merecedora de un trato diferenciado, pese a los esfuerzos desplegados por unos agentes económicos y sociales impotentes ante el poco margen de la clase política menorquina, menos unida de lo deseable ante el reto al que se enfrenta la Isla.
Y llega muchos más meses después -en algún caso, años después- de que Menorca haya adoptado estrategias propias para diferenciarse de sus hermanas isleñas, tales como la apuesta por la sostenibilidad o el producto local plasmada en sellos como Reserva de Biosfera o Made in Menorca, que ahora se refuerzan en el argumentario de la promoción turística balear (y sus presupuestos), siempre más favorable a Mallorca que al resto de las islas, siquiera sea por masa crítica.
Pero llega. Es fruto de la labor incesante de las patronales ligadas al sector turístico, con Ashome como ariete, conscientes del peso que tienen en la Isla en términos de riqueza económica y bienestar social, y del apoyo al Consell Insular, cuya presidenta y responsable de Turismo, Susana Mora está haciendo acopio de compromiso para defender -prácticamente en solitario, o eso parece- este perfil propio delante del Govern, que se ha acabado quedando sin excusas cuando ha visto que no podía contener más a Mallorca.
Un perfil propio que ya ha dejado los primeros informes sanitarios propios, el primer fin de semana con cenas y sin incidentes reseñables, un guiño al sector deportivo de la Isla, con la posibilidad de ampliar el aforo del Pabellón Menorca de cara a los play off de ascenso a LEB Oro y, sobre todo, un recordatorio de que sólo reivindicándonos con rigurosidad y sin miedo conseguiremos una Menorca más fuerte, integrada en las Baleares, pero reforzada en sus particularidades.