Si fuéramos de visita a la puerta de Milà para ver llegar los camiones de basura y los de recogida selectiva, en Menorca muy probablemente suspenderíamos por no saber reciclar bien. Si partimos de lo básico, la mayoría de la población asume que se debe hacer una distinción de la basura por el tipo de material que lo compone. Así, hay una bolsa para los restos orgánicos (que se pudren), otra para los envases (contenedor amarillo), otra para papel y cartón (contenedor azul), otra para el vidrio y botellas (contenedor verde).
No olvidemos que hay un contenedor específico para aceites vegetales (aceites de cocina). También tenemos un contenedor para lo que no está separado. Y que hay un tratamiento diferente para electrodomésticos o muebles (residuos voluminosos) que deben ir a la deixalleria o punto verde de nuestro municipio y que también se hace un tratamiento separado de los restos de poda del jardín.
Aún así, se producen errores a diario y a porrillo.
Vamos a ver algunos ejemplos: Tras bebernos una botella de buen vino en esta Reserva de la Biosfera decidimos reciclarla. Pero, ¡cuidado! Los tapones de corcho no van al contenedor verde junto a la botella. El corcho procede del alcornoque y, por tanto, debe ir junto a los restos orgánicos. Además, debemos cerciorarnos de que no es un tapón sintético (plástico), lo que haría que lo pusiéramos en el contenedor amarillo. Lo mismo pasa con frascos de mermeladas. El cristal al verde y su tapa al amarillo.
Las cápsulas de máquinas de café son un engorro puesto que, aunque son de plástico, están rellenas de posos de café, lo que dificulta el reciclaje de plástico. Lo ideal es llevarlas a un punto específico de reciclaje para estos envases. O pasarse a otras formas de consumir café.
El papel de aluminio va al contenedor amarillo porque puede reciclarse. Ocurre que si está muy manchado, es preferible no ponerlo en un contenedor que tiene por objetivo reciclar el material.
Los juguetes, aunque sean de plástico, no deben ir al contenedor amarillo. Deben tratarse en la deixelleria y quitando siempre las pilas para recogerlas a parte para tratarlas como un residuo distinto.
Los pañales y toallitas húmedas no se tiran por el váter ni se reciclan. Deben ir al contenedor general.
Las bombillas son un mundo aparte. Unas se reciclan y otras no. De nuevo, el mejor lugar para tratar las bombillas, ya sean de LED, fluorescentes, de bajo consumo o de filamento es la deixalleria. Varios establecimientos las recogen para tratarlas.
Los bricks de leche, aunque contienen carton, deben ir al contenedor amarillo porque también llevan elementos plásticos y aluminio.
Cristal y vidrio no es lo mismo. El vidrio sí va al contenedor verde, el cristal no. Por ejemplo, un jarrón, un espejo, un vaso roto,… todo esto debe ir al contenedor general o llevarlo a la deixalleria.