“Alguien tiene por costumbre verter al torrente sin miramientos y es a este alguien que se debe buscar, abrir un expediente y sancionar adecuadamente“, denuncia el GOB Menorca ante la contaminación detectada en el torrente de Cala Galdana y que ha llevado a las autoridades a dragar la zona al inicio de la temporada turística.
“Un año más, desde hace décadas, el último tramo del torrente de cala Galdana muestra serios síntomas de contaminación” explican desde el GOB y detallan que “a finales de noviembre pasado, el torrente cambió bruscamente hacia un aspecto blanquecino desde la parte alta de la urbanización hacia abajo. Un caso similar se dio a principios de marzo de 2.021. No fueron pequeñas filtraciones, sino grandes vertidos en un momento que no había prácticamente actividad en la urbanización. O es la depuradora o es alguien que tiene un sistema de acumulación de aguas residuales y un canal de vertido directo al torrente“.
Desde el GOB dicen que “no son fenómenos naturales y no vienen del mar. Son cambios drásticos a partir de un determinado punto del torrente que está a más de un kilómetro de la playa”. Y muestran su decepción porque “tanto por el cambio de color como por el fuerte olor que desprendía el torrente en cada ocasión, es imposible que ningún responsable de la urbanización lo haya detectado. Recordemos que la urbanización suma los términos municipales de Ciutadella y Ferreries, y que la depuradora es gestionada por el Gobierno Balear. Por lo tanto, tres administraciones y un montón de propietarios particulares se encuentran constantemente sobre el terreno”.