La piel sufre, los ojos también. Pero no tiene porqué ser así. Estos días se multiplican las campañas de productos específicos en las farmacias de la isla. La piel es un órgano de suma importancia para nuestra salud y la radiación solar aumenta en los días de verano provocando envejecimiento prematuro de la piel y llegando a provocar cáncer. Algunos datos apuntan a que cerca de 74.000 casos al año se pueden contabilizar en nuestro país.
El primer paso para evitar sufrir por culpa del sol, es evitar exponernos a él, particularmente cuando la radiación es mayor. Llevar ropa ligera que nos cubra, utilizar gafas de sol y sombrero, evitar tomar el sol entre las 12 y las 18 horas y utilizar algún buen producto como cremas protectoras.
No todos los productos funcionan igual. Los protectores solares absorben la radiación solar. Luego están los bloqueadores solares que reflejan los rayos solares como para que reboten y no penetren en la piel. Éstas últimas suelen ser cremas espesas. También hay filtros de aceite de oliva, aloe vera o de otros componentes naturales que tienen un efecto protector bajo pero que pueden combinarse también con los anteriores.
Es importante que sepamos identificar el factor de protección solar. Por ejemplo, el SPF 50 (o FPS 50) protege del 98% de rayos UV-B.
Eso nos lleva a explicar que los rayos UVA envejecen las células y los UV-B dañan el ADN de las células, por lo que son más potentes.
En la farmacia te lo dirán pero, antes de comprar una crema solar, identifica tu tipo de piel por el color. También es importante saber que, según la edad que tengas, te conviene más un tipo de protección u otro. Los bebés y niños de menos de un año deben tener un tipo específico de cremas que no genere alergias y que tenga un buen grado de protección.
Hay que saber si vas a bañarte o no puesto que hay cremas que son resistentes al agua. No todas lo son. Pide información en tu farmacia.
Por último, fíjate que hay específicas de la cara, del cuerpo, del cabello,…