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Alarma en las zonas “británicas” del turismo: ¿otra temporada en blanco?

El retraso en la desescalada del Reino Unido, el principal destino emisor de Menorca, siempre dudas en la Isla

Uno de los proyectos mejorará las infraestructuras de Cala'n Blanes.
Uno de los proyectos mejorará las infraestructuras de Cala'n Blanes.

El retraso en la desescalada del Reino Unido, anunciada oficialmente por el primer ministro, Boris Johnson, este pasado lunes, supone toda una carga de profundidad en la primera línea de flotación del sector turístico de Menorca y del resto de las Illes Balears. No en vano, en el caso de la la Isla es el principal destino emisor y el segundo en el conjunto de Balears. Concretamente, en 2019, el año inmediatamente anterior a la pandemia, algo más de 3,7 millones de viajeros procedentes de Reino Unido eligieron las islas para disfrutar de sus vacaciones, siguiendo la tendencia ascendente que, hasta la aparición de la Covid 19, se había mantenido inalterable desde 2010.

 

Tan solo en 2018, se apreció un leve descenso en relación al ejercicio anterior (3,6 millones frente a los 3,7 de 2018). El resto de balances anuales se saldan con incrementos constantes en la llegada de turistas británicos a Balears, que en 2010 sumaban 2,7 millones de visitantes para superar la barrera de los 3 millones en 2012 e ir incrementándose paulatinamente, como ya se ha indicado, hasta los 3,7 millones de pasajeros procedentes de Reino Unido contabilizados en 2019.

Lógicamente, la dinámica exitosa de esta evolución histórica se interrumpió abruptamente en 2020, el infame año de la pandemia, cuando apenas 223.000 visitantes llegaron al archipiélago entre el 1 de enero y el 31 de diciembre. La comparación no puede ser más concluyente: 3,7 millones frente a algo más de 220.000 turistas, una cifra que no puede resultar más paradigmática en cuanto al desplome del sector el pasado año, con una caída, en Baleares, que rondó nada menos que el 90 por ciento.

En 2021, las previsiones son más halagüeñas en las islas si nos referimos al comportamiento de la industria vacacional en términos generales. Los avances conseguidos en el plan de vacunación, la mejoría ostensible de los datos epidemiológicos y la sólida imagen que Balears ha conseguido tejer en el mercado turístico como destino seguro y confiable generarán, si no se tuercen los acontecimientos, un importante repunte en determinados mercados, especialmente el más numeroso de todos, el alemán. Lógicamente, las cifras continuarán lejos de las obtenidas en 2019, pero, sin duda, implicarán un salto cuantitativo más que destacable en comparación a 2020.

UN GOLPE DEMOLEDOR

Estas previsiones resultan tranquilizadoras para los destinos que trabajan mayoritariamente con clientes germanos, o con otros mercados que, si los cálculos se cumplen, también registrarán una curva ascendente este verano. En cambio, no puede afirmarse esto mismo en el caso de los destinos especializados en el turismo británico, cuya ansiada reactivación económica, tanto para los establecimientos hoteleros como para el resto de la cadena de valor turística, no se producirá, siendo optimistas, hasta la segunda parte de la temporada. Y ello contando en que el Gobierno de Reino Unido acceda, por fin, en julio, a liberar las restricciones y favorecer los viajes de sus conciudadanos al exterior, y no solamente a los destinos interiores.

Esta constatación ha hecho cundir la preocupación entre las organizaciones patronales del sector afincadas en estas zonas, mayoritariamente dedicadas a proporcionar servicios turísticos a los visitantes británicos. En algunos casos, la reacción de las entidades empresariales ha sido vaticinar un inquietante aumento de los negocios que no podrán reanudar la actividad este verano, o que, habiéndola reiniciado semanas atrás, se verán empujadas a bajar de nuevo la barrera. En otros segmentos del sector se aboga por la necesidad de buscar otros mercados alternativos al británico, en un último esfuerzo por salvar los muebles en esta incierta temporada turística.

LOS PEORES PRESAGIOS

En este sentido, la vicepresidenta de la FEHM, María José Aguiló, señala que esta situación “complica mucho la temporada turística en Balears”, en tanto que “compromete las aperturas de los establecimientos que dependen del mercado británico, tanto los hoteleros como los otros negocios que forman parte de la cadena de valor del sector”.

Aguiló ha precisado que la decisión del ejecutivo británico “hace polvo” las expectativas de la industria turística, “tanto la nuestra como la de Reino Unido”, y, además, “dificulta disfrutar de las vacaciones hasta dentro de un mes”, en referencia al 19 de julio, que es la nueva fecha indicada por Johnson.

Por su parte, el presidente de la Associació d’Habitatges de Lloguer Turístic (Habtur), Antoni Barceló, defiende la prioridad de “reaccionar rápidamente” para evitar el descalabro, y su tesis pasa por “buscar otros mercados, y, sin duda, uno de ellos puede ser el español”.

Además de los negocios hoteleros, el resto de la oferta vinculada al sector turístico sufre también las consecuencias de la marcha atrás del gobierno que preside Boris Johnson. Este es el caso de la actividad de los rent a car, y, a este respecto, el presidente de la patronal AEVAB, Ramón Reus, ha calculado en un 40 por ciento la proporción de empresas afectadas. Reus ha asegurado que la oferta de alquiler de vehículos ha sufrido “un duro golpe”, y ha advertido que, en las circunstancias actuales, “simplemente, no es posible empezar a trabajar”.

“QUIEREN QUE LOS BRITÁNICOS SE GASTEN EL DINERO EN SU PAÍS”

Finalmente, Juan Manuel Ordinas, presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Hoteles de Mallorca, entidad vinculada a la patronal Pimem, ha indicado que la postura de Reino Unido provocará “el cierre de empresas, y no solo en Balears, sino también en ese país”.

En opinión de Ordinas “la única explicación de que se haya adoptado esta decisión es de carácter político. El objetivo es que los conciudadanos británicos gasten el dinero en casa, y no en los destinos donde tradicionalmente pasaban las vacaciones”.

Para esta asociación, los datos epidemiológicos sobre la Covid 19 ponen de manifiesto que, en estos momentos, las islas constituyen una localización más segura que Reino Unido en cuanto a la transmisión del virus, razón por la cual Ordinas considera que “sería recomendable que los británicos pudieran disfrutar de una estancia temporal, como hacen cada año, en nuestras islas”.


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