Esculturas de Mariam Blanco, Juan Costa, Laetitia Lara, Ana Llorens, Andreu Maimó y Jaume Ribalaiga, forman parte del nuevo Paseo de las Esculturas que el Museo de Menorca inaugurará el próximo martes, 22 de junio, a las 19 horas.
Se distribuirán a lo largo de la cara norte y oeste del claustro y “remiten a la naturaleza y al sentido simbólico de la forma. La verticalidad de un buen número de ellas, totémicas, filiformes o monolíticas, permiten relacionar lo orgánico con la elevación, ya sea física y / o espiritual. El paseo termina con una obra que, por su horizontalidad y por el concepto que la inspira, invita al espectador a reflexionar sobre la muerte. Es el punto final de un paseo que comienza con una pica talayótica a la que se ha despojado de su función, de su uso, para darle el rango de escultura. Así el paseo de esculturas inicia, como también lo hace el recorrido por las salas del museo, con la cultura talayótica, origen de la historia de Menorca“.
A lo largo del paseo el visitante se encontrará también una selección de versos, de autores menorquines, al cuidado de Josefina Salord que establece un diálogo entre la poesía y la escultura. Este paseo, sin embargo, nace en tiempos más cercanos, a finales del siglo XVIII y de la mano de Joan Ramis, autor fundacional de la literatura menorquina moderna, y de otros autores que se extienden hasta nuestros días.
El Fondo del Museo de Menorca contiene varias esculturas que con el cambio de discurso museográfico de la última reforma de las salas permanentes no tuvieron cabida. Este hecho junto con la incorporación de dos piezas más, una de Jaume Ribalaiga, donación de la viuda del artista, y el otro de la joven escultora Ana Llorens, depósito del Consell Insular, ha hecho plantear este nuevo espacio expositivo.
El claustro del Museo de Menorca, construido alrededor del 1700 y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa menorquina, ha sido el espacio elegido para alojar este conjunto de esculturas que permitirán al visitante transitar por la creación contemporánea balear a modo de ejercicio contemplativo, honrando así la función primordial de todo claustro, la contemplación y la reflexión.
