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“El loco amor”

Un artículo de Josep Maria Aguiló

"De algún modo, necesitamos que nos regalen siempre esas ficciones".
"De algún modo, necesitamos que nos regalen siempre esas ficciones".

Una de las mejores definiciones de lo que pueda ser en realidad el amor la encontré hace ya algún tiempo en un muy hermoso artículo de Gustavo Martín Garzo, titulado «Noche de Reyes» y publicado en El País. En ese texto, el gran escritor vallisoletano afirmaba que el amor es «encontrarnos con alguien y sentir que guarda una historia que debemos escuchar».

¿Quién no ha vivido alguna vez en su vida una situación así, sobre todo en la juventud, con esa ansia y esa ilusión por escuchar de los labios de una persona muy concreta lo que esa persona piensa, siente, sueña o cree? ¿Quién no ha deseado saber entonces qué papel desempeñaba quizás uno mismo en esos pensamientos, sentimientos, sueños o creencias? Cuando somos conscientes de que no nos cansaríamos nunca de escuchar esa historia ni tampoco sus sucesivas o posibles actualizaciones, nos damos cuenta de que de verdad amamos a esa persona.

Martín Garzo también afirma en aquel precioso artículo que la razón nos dice «cómo es el mundo» y nos ayuda a descubrir «las leyes que lo rigen», pero no nos dice por qué estamos en él, ni si nuestra vida tiene o no algún sentido. Por eso, en nuestra vida todos necesitamos escuchar, leer o ver ficciones, en forma de poemas, cuentos, relatos, novelas, obras de teatro, leyendas o películas, porque pueden ayudarnos a ampliar el campo de lo posible.

De algún modo, necesitamos que nos regalen siempre esas ficciones. «Y lo que regalamos a los niños la Noche de Reyes es el regalo de una ficción que habla del amor y sus tímidas locuras», afirma Martín Garzo. El autor de «El lenguaje de las fuentes» también nos recuerda que una historia es un lugar «donde se formula una promesa». Así, «la historia de don Quijote nos promete un mundo lleno de nobleza, dignidad y alegres desatinos; la del capitán Achab, que puede vencerse a la muerte; y la de Ulises, que existen hechizos capaces de retener a nuestro lado a los seres que amamos».

Para Martín Garzo, si las criaturas de los cuentos nos conmueven, es porque son una metáfora de nuestro propio corazón anhelante. «La enseñanza principal de la Noche de Reyes es que el regalo más grande que podemos hacer a los niños es el regalo de una historia que les haga sentirse amados», una historia que les diga que existe la gracia en el mundo, «que es lo que prometen todas las historias de amor».

Por ello, cuando cada año llega la noche del 5 de enero, ni los adultos ni los niños desean abandonar en esas horas el mundo de la magia, «el niño, para que se cumplan sus deseos; los adultos, para hacer ese tipo de promesas que no se pueden cumplir», como por ejemplo «tú no te vas a morir nunca». Y concluye Martín Garzo: «Tal es la promesa que, a través de esos personajes de ficción, les hacen los padres a los niños esa noche. El loco amor es tratar de cumplir historias así». El loco amor es siempre, como los cuentos de la infancia, una bella historia compartida con un final feliz.


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