El objetivo de muchas zonas turísticas de Menorca es que su costa sea un motivo por el que los turistas escojan su destino por criterios de calidad. Las banderas azules reúnen una serie de indicadores de calidad que no todas las playas pueden ofrecer. A continuación repasamos algunos de los más destacados.
Los criterios que una playa con Bandera Azul debe cumplir se agrupan en cuatro grandes bloques: Información y Educación Ambiental, Calidad del Agua, Gestión Ambiental y Seguridad y Servicios.
Entre las premisas que corresponden a información y educación ambiental hay que ofrecer información clara de la playa, sus entornos naturales y, si procede, de las zonas protegidas de carácter natural así como información de cómo utilizar de manera correcta estos espacios. En cuanto a educación ambiental se forja un compromiso con la zona (ayuntamiento) del lugar para que se desarrollen un número mínimo de acciones dirigidas a fomentar el respeto medio ambiental de esa misma zona.
Uno de los puntos más importantes es el de tener un agua limpia. La calidad de aguas de baño en la playa, durante la temporada de baños anterior, debe ser excelente, en todos sus puntos de muestreo, conforme a la Directiva de Calidad de Aguas de Baño. Se deben tomar oficialmente un número de muestras periódicas de agua para determinar esta calidad. Para reforzar este concepto, adicionalmente, debe cumplir la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas.
Si seguimos el manual de Banderas Azules para conseguir la excelencia, la playa debe cumplir con la legislación ambiental. En particular se pide que el municipio y la zona en cuestión cumpla con la Ley de Costas. La playa debe estar limpia y disponer de una adecuada gestión de residuos, incluyendo la recogida selectiva de envases, papel y vidrio. Buena parte de las exigencias revierten en ofrecer servicios o sea que la playa debe contar con baños públicos. Las playas urbanas y/o al menos una de las playas Bandera Azul del municipio, deben contar con un baño adaptado para personas con discapacidad.
Las playas deben tener accesos fáciles y seguros. Además, las playas urbanas deben ser accesibles para personas con discapacidad.
Debe existir un equipo de primeros auxilios, así como un adecuado equipo humano y material de socorrismo.
Con todos estos criterios hay muchas playas o puertos que no consiguen tener toda la puntuación necesaria para pasar el examen. Por ejemplo; muchas playas vírgenes obtendrían probablemente una gran puntuación en cuanto a limpieza del agua pero, como se piden unos mínimos en cuanto a servicios, mucha costa no tiene banderas azules ondeando sobre la arena.