La emergencia sanitaria de la Covid repite, por tanto, posición en el barómetro del CIS, la tercera, si bien ve incrementar el porcentaje de ciudadanos que lo consideran la preocupación más acuciante, que en la edición precedente se situó un 33 por ciento.
Mención aparte merece la opinión de los encuestados en torno a la política y sus representantes. El barómetro divide la consulta sobre esta cuestión en diversos subtemas y, en este sentido, el cuarto lugar del informe se lo ha adjudicado “el mal comportamiento de los políticos” (16,8 por ciento). Le siguen, a continuación, sin dejar de lado este mismo ámbito, “los problemas políticos en general” (14,9 por ciento), “la falta de acuerdos” y la “inestabilidad política”, que totaliza el 8,3 por ciento.
POLÍTICOS
Además, un 6,2 por ciento de participantes considera a los partidos políticos más un problema que una solución, y esa misma proporción de consultados manifiesta su inquietud por las actividades que desarrollan este tipo de organizaciones. Si se suman todos estos porcentajes referidos a la preocupación que la política provoca en los ciudadanos, este ámbito alcanzaría, con mucha diferencia sobre el resto, el primer puesto del barómetro, con nada menos que un 52,4 por ciento.
En posiciones menos destacadas se sitúan la sanidad, sobre cuyo funcionamiento se han confesado preocupados el 12,6 por ciento de los encuestados, los “problemas de índole social” (6,9 por ciento) y la “poca conciencia ciudadana”, que ocupa la décima posición del barómetro, con un 6,8 por ciento del conjunto de los votos emitidos por los participantes.
TENDENCIAS ESTABLES
Esta evolución de las preocupaciones de la población que recoge periódicamente el estudio del CIS se ha venido manteniendo estable en el transcurso de este año, especialmente a partir del mes de febrero. Pongamos como ejemplo el informe realizado en abril, cuando la crisis económica, al igual que ha ocurrido en el barómetro del mes de julio, se erigió como el principal problema del país para el 48 por ciento de los ciudadanos. En segundo lugar, se situó la pandemia de la Covid 19 y la falta de recursos sanitarios y sociosanitarios para hacer frente a la pandemia, con un 45,1 por ciento de los sufragios.
Los resultados confirmaron la tendencia de los meses anteriores, cuando el barómetro ya vino situando la inestabilidad económica como el punto más crítico de la coyuntura actual, por delante de las repercusiones de la sanitaria. Esta dinámica se ha ido incrementando a medida que han ido transcurriendo los meses, con un margen de cinco puntos de crecimiento en relación al informe del mes de marzo.
En esa consulta, la de abril, también aumentó en cuatro puntos la la proporción de personas que se manifestaron preocupadas por la Covid, pasando del 41 al 45,1 por ciento, pero siempre por detrás de la incertidumbre en la evolución del tejido productivo y los grandes datos macroeconómicos. En tercer lugar dentro de la lista del CIS figura el paro, con un 37,7 por ciento y un avance de seis puntos en relación al estudio precedente. Los temas políticos ocuparon las dos siguientes posiciones del barómetro.
LA COVID PIERDE LA PRIMERA POSICIÓN
Fue en el estudio del CIS correspondiente al mes de febrero de este año cuando la crisis económica logró desbancar a la emergencia sanitaria en la relación de principales preocupaciones de los ciudadanos, totalizando un apreciable porcentaje del 45 por ciento frente al 43,7 por ciento que el barómetro adjudica a la Covid y a la carencia de equipamientos y medios idóneos para afrontar una situación de estas características.
Cabe recordar que en febrero estaba a punto de cumplirse un año desde la primera declaración del estado de alarma en España, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comunicó a la población el 14 de marzo de 2020.
En el transcurso de los siguientes meses, la Covid acaparó de largo la primera posición del barómetro. Ningún otro tema preocupaba más a los españoles que la evolución de los datos epidemiológicos. Sin embargo, en febrero de 2021 las tornas empezaron a cambiar. La llegada de las vacunas, cuyas primeras administraciones en España, y en el conjunto de la Unión Europea, data del 27 de diciembre del pasado año, y en febrero la aplicación de las dosis comenzaba a surtir efecto en los balances de identificación y localización de casos activos de coronavirus.