No es ningún secreto. Se sabe y se conoce cómo se contagia el virus del Sars 2 COVID 19 en cualquiera de sus variantes. Eso permite a las autoridades sanitarias dar las pautas para evitar en lo posible el contagio y a estas alturas parece que no tuviera sentido seguir recordando la regla de las 3 emes. Y, sin embargo, aún hay personas que no respetan la distancia de seguridad, que lo hacen sin mascarilla y que no son atentas a la higiene de manos. ¿Dónde ocurre eso? En cualquier celebración masiva.
Las autoridades en Balears se han propuesto impedir que haya lugares donde la gente (habitualmente el rango más joven) se reúna para ir de fiesta. Por eso vuelven las restricciones horarias en locales de ocio o restauración, intentando impedir que se celebren reuniones masivas. Sin embargo esto se demuestra del todo ineficaz a partir de momento en el que las personas que querían fiesta buscan alternativas para poder seguir con su idea de celebrar.
El ejemplo del denominado día de la libertad, cuando en el Reino Unido declararon la eliminación de todas las restricciones para evitar el contagio del COVID, da una idea de cómo muchas personas no ven el peligro al contagio y, de manera irresponsable, llevan a cabo fiestas multitudinarias sin tomar medidas de prevención.
Trasladar esto a nuestra isla es igual que decir que se están fomentando fiestas privadas, más o menos masificadas, con asistentes locales o turistas (o ambos) que tiran por tierra las advertencias de las autoridades sanitarias.
Desde el Govern balear han intentado en esta última semana advertir a los propietarios de viviendas vacacionales para que entiendan que hay una cierta corresponsabilidad si permiten la celebración de fiestas o eventos multitudinarios en sus casas a turistas o gente local puesto que pueden estar suponiendo los focos de infección de los que informamos día a día en este medio.