Cuando la tecnología impone nuevos contadores telecomandados, electrónicos y de precisión, no debería llegar una factura con un cálculo estimado. Pero está pasando. A las noticias del aumento progresivo del precio del kilowatio hora, ahora se suma la sorpresa de los empresarios menorquines que, asociados en ASEIME (Asociación de empresas instaladoras electricas y de telecomunicaciones) denuncian que pese a disponer de contadores con tecnología inteligente, se siguen facturando las estimaciones del consumo. Estas estimaciones apuntan al alza y, aunque basta con avisar a la compañía del error para que se corrija, supone una inversión de tiempo y esfuerzo que ni todo el mundo hace ni se debería invertir, puesto que con la incorporación de las nuevas tecnologías por parte de la empresa distribuidora, la cantidad exacta del consumo producido se debe conocer en el momento de facturar.
La escalada en los precios de la energía eléctrica está resultando un agravio para todo el mundo pero si, además, puede existir una mala praxis en cuanto a realizar estimaciones alza que quedaran sin corregir después, el tema puede ser serio. De momento, desde ASEIME muestran su enojo y disconformidad con la manera de proceder. Existe la tecnología que puede resolver con exactitud cuánta energía consume cada cual, sin tener que mantener un sistema de facturación irreal y que precisa ir después comprobando, corrigiendo y reclamando. Todo ello le lleva un tiempo a las empresas que no deberían estar perdiendo, sobre todo si los últimos contadores que se implementaron debían acabar con las imprecisiones.
Según reza el comunicado de la Asociación; De momento parece haberse detectado en suministros con contratos de más de 15 kW de potencia (nueva tarifa 3.0TD), y afecta a todo tipo de empresas comercializadoras ya que la encargada de las lecturas de los contadores es la distribuidora. En algunos casos incluso no se ha emitido ni la correspondiente factura mensual.
Esta situación genera importantes inconvenientes en la gestión/seguimiento de los costes empresarial y un posible perjuicio económico a las pymes afectadas. Y más cuando el pasado mes de junio empezó aplicarse la nueva normativa eléctrica sobre peajes y cargos (Real Decreto-ley 1/2019) que incrementó el coste variable de la energía consumida dentro de la factura, y las empresas afectadas por las lecturas estimadas no han podido conocer aún el alcance de dicho aumento en sus respectivos negocios.