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¿Qué le ocurre a tu teléfono móvil cuando deja de funcionar?

Desgranamos les secretos del reciclaje de uno de los bienes de consumo más utilizados actualmente

Teléfono roto
Teléfono roto
Foto: Pixabay

Si algo tienen los teléfonos móviles actuales es que han conseguido aglutinar en un solo dispositivo muchas opciones; teléfono, ordenador, cámara de fotos y así hasta un sinfín de utilidades. Son como las navajas suizas tecnológicas del mundo en el que vivimos. Eso tiene la ventaja de que evita la dispersión de objetos materiales que nos hagan la maleta más pesada.

La virtud de estos dispositivos se acaba el día en el que ya no funcionan. Puede ser por un accidente que estropea sus componentes que lo hacen viable o que padecen un fallo de batería que no alberga solución. Lo que hacemos en ese momento es salvar los datos y buscar otro dispositivo pero, ¿qué pasa con nuestro antiguo teléfono móvil?

En los primeros años de la revolución de la telefonía móvil se detectó el grave problema que podría suponer darle la patada hacia el contenedor de basura como si fuera un desecho más. Porque, en realidad, no lo es. Los componentes electrónicos de los smartphones van más alla de una placa integrada y unas soldaduras. Estos aparatos incorporan silicio, aluminio, coltán y litio, entre otros elementos. Todos ellos deben ser tratados con sumo cuidado puesto que en el medio ambiente pueden resultar ser muy tóxicos y contaminantes.

En la composición de los dispositivos también encontramos los materiales de las pantallas, partes plásticas.

Las baterías actuales de los móviles están fabricadas en litio. Una única unidad suelta en mitad de la naturaleza puede contaminar hasta 60.000 litros de agua. Por esto las baterías del móvil deben depositarse en puntos limpios o bien tiendas especializadas para ello.

En el caso de los cargadores, no deben acabar en el cubo de basura ni en los contenedores habituales en los que arrojas la basura. A pesar de que están, generalmente, fabricados en plástico, aluminio y cobre, también son altamente contaminantes.

Veamos cómo funcionan los puntos de reciclaje; El primer paso a realizar es separar las partes más delicadas y peligrosas, generalmente son las baterías. Se sigue con la separación de materiales con componentes vinculados a los circuitos, plástico, placas, etcétera.

A medida que se separan materiales de teléfonos reciclados se obtienen nuevas materias primas con las que fabricar futuros dispositivos, igual que ocurre con los cargadores. Las baterías son el único componente que no puede reciclarse de un teléfono móvil, haciendo de ellos la pieza más delicada del terminal.

Forzados por la necesidad de una solución, ha crecido mucho en estos años las plataformas de reacondicionados, teléfonos que se reparan y venden más económicos de segunda mano. Un ejemplo de economía circular que está generando mucho negocio y que hace accesible a muchas más personas el acceso a la telefonía móvil.


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