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Baleares, a la cola en teletrabajo

Solo uno de cada cinco trabajadores puede teletrabajar en las islas

Imagen: Pixabay

El 20 por ciento de las personas ocupadas tienen opción a teletrabajar. Es un dato del Informe de la Sociedad Digital en España 2020- 2021 de Fundación Telefónica. En términos geográficos, el mayor porcentaje de teletrabajo se da en aquellas regiones españolas con un tejido económico más moderno y dinámico. En esta misma línea, el informe sobre teletrabajo en España realizado por Randstad Research señala que el teletrabajo continuará creciendo más allá de la pandemia impulsado por la digitalización, aunque en Baleares sólo el 26,3 por ciento de los empleados podría teletrabajar en los próximos años, el porcentaje más bajo de todo el país.

El 61% de las pymes españolas facilitará el teletrabajo a sus empleados en los próximos 6 meses. Según un estudio de Telefónica y el Instituto DYM realizado entre 542.122 pymes españolas, con una plantilla de entre 3 y 199 empleados, titulado DM Pymes, actualmente el 35% de las pymes dispone de un modelo estructurado de teletrabajo, un 5 por ciento porcentual más que hace 6 meses, y el 61% de ellas afirma que seguirá haciéndolo en el futuro.

“El teletrabajo ha dejado de ser una costumbre residual en nuestro país para convertirse en pocos meses en una necesidad en muchas organizaciones, cuya continuidad de negocio ha sido posible gracias a que los empleados han podido seguir trabajando desde sus domicilios. Además, el puesto de trabajo digital y flexible se ha convertido en una potente herramienta para atraer y retener el talento dentro de la organización”, ha señalado Belén Espejo, experta en digitalización del puesto de trabajo en Telefónica Empresas.

Nuevos modelos de teletrabajo

Para poder implantar los nuevos modelos de trabajo a distancia, Telefónica sitúa al empleado en el centro rodeándole de todos los dispositivos, herramientas y servicios que necesita para trabajar, comunicarse y colaborar en un entorno seguro, potenciando al máximo su flexibilidad y movilidad y asegurando el éxito del cambio a una cultura más digital.

El mapa tecnológico del entorno del teletrabajo incluye, según esta compañía tecnológica, una conectividad segura; gestión y soportes unificados, políticas de seguridad comunicaciones fijas y móviles, dispositivos y accesorios, productividad y colaboración. Además, también se añaden herramientas para el empleado digital y escritorios de aplicaciones virtuales, cuyo uso se ha incrementado entre las grandes empresas en más de un 60%.

Entre los retos del teletrabajo destacan el mantenimiento de los KPIs de rentabilidad y gestiones comerciales a pesar de trabajar en remoto. Entre los beneficios destacan: una mejora de la productividad (menos distracciones que en el lugar de trabajo) y una reducción del absentismo laboral (este indicador disminuye al flexibilizar los horarios para conjugar necesidades laborales y familiares).

También cabe reseñar como beneficios un mayor compromiso por parte del teletrabajador(la compatibilidad de las jornadas laborales y procesos impactan en la motivación), fomento de la responsabilidad (la confianza de la empresa en el trabajador que sigue su propio horario dispara el orgullo de pertenencia) y que las empresas se hacen más atractivas para los empleados con un mejor currículo profesional.

Baleares, a la cola

En parámetros similares se mueve el informe de Randstad Research. Según este estudio, el teletrabajo continuará creciendo más allá de la pandemia impulsado por la digitalización y por las ventajas para la sociedad y permitirá que el 30,6 por ciento de los ocupados españoles pueda trabajar de este modo en los próximos años, según un informe sobre teletrabajo en España realizado por Randstad Research. En Baleares, el 26,3 por ciento de los empleados podría teletrabajar en los próximos años, el porcentaje más bajo de todo el país.

Este porcentaje casi duplicará a la última tasa de teletrabajo disponible (16,6%), lo que demuestra, según Randstad, que hay un amplio margen de crecimiento para esta modalidad de trabajo.

No obstante, del estudio se desprende que al 62,6% de los trabajadores le gustaría continuar con el trabajo en remoto, según datos del CIS recogidos por Randstad.

Las tasas de teletrabajo más altas se dan en la Comunidad de Madrid (casi 36%), seguida de País Vasco (34,2%) y Cataluña (33,5%). Randstad ha explicado que esto podría estar relacionado con el tamaño de las concentraciones urbanas, que generaría un incentivo mayor a adoptar el teletrabajo debido a los superiores ahorros potenciales en tiempo y gasto en transporte.

Por detrás, le siguen Asturias (32,1%), Navarra (29,9%), Galciia (29,5%), la Comunidad Valenciana (29,2%), Aragón (28,6%), Cantabria (28,3%), La Rioja (27,6%), Andalucía y Castilla y León (ambas con 27,5%).

Por su parte, las tasas de teletrabajo más discretas del país se registrarán en Extremadura (27,4%), Canarias, Castilla-La Mancha (ambas con 27,2%), Murcia (26,7%) y Baleares (26,3%).

El estudio de Randstad también ha analizado los efectos que la implantación del teletrabajo podría tener en aspectos como la productividad de las empresas y entre los efectos positivos destaca la mejor concentración por menores ruidos e interrupciones, la mayor autonomía en la organización del trabajo o una mayor motivación por la autonomía y la flexibilidad horaria y geográfica. También destaca como positivo el posible aumento de horas de trabajo y la reducción de los días de baja por enfermedad.

Sin embargo, ve negativo la menor interacción con los compañeros, una menor motivación por la soledad y solapamiento de la actividad laboral con necesidades de la vida personal, así como la falta de espacio para teletrabajar o la falta de herramientas tecnológicas adecuadas.

Conciliar trabajo y tiempo personal

Para Randstad, es necesario impulsar medidas para lograr establecer barreras entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal. Además, destaca el potencial efecto que podría tener el teletrabajo en las políticas de transformación urbana y regional para favorecer una evolución y crecimiento equilibrado de las diferentes zonas urbanas y rurales en línea con los cambios tecnológicos.

Por otro lado, ve necesario impulsar políticas que favorezcan la creación de empleo y la mejora de la empleabilidad de personas que se hayan visto dañadas por la crisis y por el auge del teletrabajo y que además no puedan teletrabajar.

Por último, Randstad ha señalado la importancia de apoyar a los trabajadores con más dificultades en la transición al teletrabajo y de adaptarse a la heterogeneidad existente a nivel de empleos y personas, apostando por soluciones flexibles que maximicen el rendimiento y el bienestar.


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