Los seres humanos estamos acostumbrados a hacer todo siempre acompañados: ir al teatro, al cine, a cenar a un restaurante o incluso a viajar. Viajamos en familia, en pareja o con amigos … Pero cuando lo hacemos con alguien, estamos supeditados a nuestros acompañantes para todo. Los niños nos condicionan el tipo de viaje que realizamos, tanto en destino como en restricción de horarios y actividades, y cuando viajamos con adultos, siempre hay momentos en los que, por el bien de la convivencia, debemos ceder o dejar de hacer algo que nos gusta, o al contrario. Esta es una de las razones principales por las que plantearse un viaje en soledad en algún momento de la vida, es necesario.
Veamos algunas más:
- Destino: puedes ir donde quieras y cuando quieras, sin pedir permiso, sin tener que llegar a acuerdos o hacer malabarismos para cuadrar calendarios.
- Equipaje: podrás poner en la maleta lo que te apetezca “por si acaso”, y no deberás sentir quejas como que tu equipaje pesa mucho o sobre la necesidad o no de llevar ciertas prendas u objetos.
- Horarios: libertad completa de horarios, tú distribuyes el ocio y el tiempo. Decides a qué hora levantarte para ir a visitar monumentos o por el contrario no hacerlo, hacer colas interminables o cambiar constantemente el itinerario a tu antojo y según las circunstancias que se presenten.
- Compañía: pese viajar solo/a, nunca lo estarás ni te sentirás así. Siempre hay gente dispuesta a ayudar y dar una mano cuando más lo necesitas, sobre todo en casos de urgencia. Además, el hecho de viajar en soledad suele propiciar aún más conocer personas nuevas, ya que cuando vas en grupo sólo centrarte solo en este.
- Autoconocimiento: es un momento ideal para reflexionar, para centrarte en ti y saber lo que quieres, pensar, relajarte y tomar decisiones importantes de tu vida.
- Autonomía: volverás más seguro/a de ti mismo/a para que serás tú quien deberás valerte por ti mismo/a sin la ayuda de nadie, aunque no sepas idiomas y sin esperar que sean otros quienes se comuniquen con loas personas del lugar. Te darás cuenta que puedes ser totalmente independiente.
- Perder el miedo: superarás muchos miedos que tenías y también muchos prejuicios. Te darás cuenta que hay más gente como tú y verás que hay otras opciones en la vida que nunca antes te habías planteado.
Viajar solo es cada vez más frecuente hoy en día, ya que no siempre encontramos amigos que quieran o puedan acompañarnos en ese viaje que siempre hemos querido hacer. Atrévete en esta experiencia y verás que hay más ventajas que inconvenientes y que te reportará muchísimos beneficios, a la vez que te sentirás muy feliz de cumplir tu sueño.
Un artículo de Eva Remolina / AMIC para Menorcaaldía