La XVII Copa del Rey de Barcos de Época Repsol regresa con fuerza tras el aplazamiento del año pasado debido a la pandemia. Una flota formada por 36 embarcaciones clásicas y de época -la mayor reunida este año en España- convertirá el puerto de Mahón (Menorca) en un gran museo flotante desde hoy hasta el próximo domingo.
La regata, organizada por el Club Marítimo de Mahón, se confirma como el acontecimiento más destacado del circuito nacional y uno de los referentes del circuito mediterráneo de vela clásica.
El salón de actos del Club Marítimo de Mahón ha acogido este mediodía la presentación oficial de la XVII Copa del Rey de Barcos de Época Repsol con la presencia del alcalde de Mahón, Héctor Pons; el presidente de la entidad organizadora, Antonio Hernández; la representante del patrocinador principal (Repsol), Aurora Alonso; y el director de la regata, Nacho Marra-López.
Todos ellos han coincidido en calificar de “sorprendente” la respuesta de los armadores a la convocatoria mahonesa tras el parón provocado por el COVID-19.
“Dábamos por buena una inscripción de 20 barcos y al final tenemos más de 30 y de mucho nivel”, ha confesado Antonio Hernández, satisfecho con la fidelidad de una gran parte de la flota y también con la presencia de algunos veleros inéditos. “Se ha hecho un gran trabajo desde la creación de la regata, en 2003”.
“36 barcos, con 297 tripulantes es una gran participación; estamos muy contentos por la cantidad y la calidad”, ha insistido Hernández, en su turno de palabra. “Hemos trabajado mucho para retomar este evento tan importante. La flota tiene ganas de navegar y nuestro club sigue siendo el referente de la vela clásica en España”.
Pons: “El puerto debe tener actividad deportiva, social y económica”
Héctor Pons ha alabado el trabajo desarrollado por el Club Marítimo de Mahón y se ha referido a él como “una entidad centenaria pero de espíritu joven”. El alcalde de Mahón considera que el puerto “está muy cerca de recuperar su potencial tras una época en la que lo había perdido”.
El presidente del consistorio mahonés ha insistido en que, a su criterio, la disputa de la XVII Copa del Rey de Barcos de Época Repsol ayuda “muchísimo” a situar la ciudad en una posición “muy positiva e interesante”.
Pons ha afirmado que el puerto “no sólo debe ser un paisaje bonito; debe ser una zona de actividad deportiva, social y económica”.
Según ha desvelado Pons, el próximo día 10 de septiembre, el Ayuntamiento de Mahón hará entrega de la medalla de oro de la ciudad al Club Marítimo de Mahón. “Es un reconocimiento que, según todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento, merece esta entidad tan arraigada; de hecho, la decisión se tomó por unanimidad”, ha afirmado.
Aurora Alonso, de Repsol, se ha mostrado satisfecha de que “un año más” su empresa patrocine la regata y ha deseado que vuelva pronto la “total normalidad”.
Cuatro clases y tres días de regata
La XVII Copa del Rey de Barcos de Época Repsol, ha explicado Nacho Marra-López, mantiene el formato de ediciones anteriores, tanto en la distribución de la flota como en la configuración de las regatas costeras, que concluirán en el interior de la rada mahonesa siempre que el tráfico marítimo y las condiciones meteorológicas lo hagan posible. La llegada en puerto, que permite ser contemplada desde tierra, es uno de los grandes atractivos de la Copa del Rey y su distintivo frente a otras regatas de clásicos del Mediterráneo.
Los más antiguos
Los participantes competirán divididos en cuatro clases, en función de sus características y su año de botadura. Los más antiguos se agrupan en la categoría Época (construidos antes de 1950) y se dividen a su vez en Cangreja, cuyo aparejo es trapezoidal, y Bermudiana, con vela triangular. Las dos flotas suman 15 unidades (seis Cangreja y nueve Bermudiana), una cifra espectacular teniendo en cuenta que bastantes de los barcos son de las primeras décadas del siglo XX e incluso, tal es el caso del Marigan (1898), de finales del XIX. El Viola (1908), del armador monegasco Belkin Kostia, y el Meerblick (1917), de Gaby Pohlmann, son dos de las joyas patrimoniales que toman parte por primera vez en la prueba menorquina. Ambos, con un magnífico palmarés, están en la nómina de favoritos.
Máximo nivel entre los clásicos
Otros 15 veleros se medirán en la categoría de Clásicos (de 1950 a 1975), donde se espera una lucha cerrada entre embarcaciones que ya saben lo que es ganar la Copa del Rey de Barcos de Época. Defenderá el título en esta clase el Argos (1964), de la armadora Bárbara Trilling, vencedor en siete ocasiones. No se lo pondrán fácil el Yanira (1954), patroneado por Valerie de Marotte; el Galvana (1974), de Alex Pella, o el Seventy (1954), del armador Manuel Martínez Guerrero, que debuta en Mahón tras obtener el triunfo en la Semana Clásica de Puerto Sherry.
Calima, rey de copas
En la clase Espíritu de Tradición, para barcos posteriores a la fecha límite de los Clásicos o que han sido sometidos a alguna modificación, todas las miradas vuelven a apuntar al Calima (1970), de Javier Pujol, ganador de 12 de las 16 ediciones de la Copa del Rey de Barcos de Época y que este año celebra el 20 aniversario de su victoria en la Fasnet Race, una de las regatas de altura más importantes del mundo. La flota en esta categoría está compuesta por seis embarcaciones.
Vientos medios en los campos de regatas
En cuanto al tiempo, la organización confía en poder completar el programa de tres pruebas, una por día, para todas las clases. Aunque finales de agosto es una época de cierta inestabilidad y hay que ser precavidos, los partes anuncian vientos medios y bien entablados para las tres jornadas. El viernes soplará Migjorn (SO) de unos 11 nudos, con posibilidad de arreciar a 16. Para el fin de semana se espera viento de Gregal (NE). El sábado las rachas podrían alcanzar los 20 nudos, mientras que el domingo no superará los 11.