Así figura en la Encuesta de Condiciones de Vida 2020 que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística, y en cuyo contenido comienzan a aflorar, en toda su magnitud, las consecuencias adversas de la crisis de la Covid 19, no solo en Baleares, sino en el conjunto del país.
En el caso concreto de las islas, además del demoledor dato según el cual el 36,6 por ciento de ciudadanos no cuentan con poder económico suficiente para hacer frente a gastos o facturas por servicios imprevistos, cabe resaltar otras variables igualmente preocupantes: el 31,7 por ciento de la población balear (nuevamente, una de cada tres personas) no puede permitirse marcharse de vacaciones fuera de su casa ni siquiera durante el corto periodo de una semana; el 13,1 por ciento halla dificultades para afrontar el pago de su vivienda principal, ya sea en régimen hipotecario o de alquiler; ese mismo porcentaje (13,1 por ciento) se las ve y se las desea para sufragar las compras que ha realizado a crédito; y, finalmente, el 9 por ciento de residentes en Balears llega con muchos apuros a final de mes, de tal manera que los días inmediatamente anteriores al pago de la nómina (en el supuesto de que perciban ingresos regulares) constituyen un auténtico suplicio.
INGRESOS MEDIOS DE 12.568 EUROS
Sin embargo, la situación de Balears no es, ni de largo, la peor del país, al menos en cuanto a la evolución de la economía doméstica en el año de la pandemia. El informe del INE recoge que los ingresos medios por residente en el archipiélago alcanzaron en 2020 la cantidad de 12.658 euros, 366 euros más que la media española, situada en 12.292 euros.
A nivel nacional, la tasa poblacional en escenario de carencia material severa ascendió más de dos puntos durante el pasado ejercicio: del 4,7 por ciento de 2019 escaló hasta el 7 por ciento. También se incrementó el número de personas con dificultades para llegar a fin de mes, asumir gastos imprevistos o irse de vacaciones, al menos, una semana al año.
La encuesta también refleja un ligero aumento del porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social, que pasó, en España, del 25,3 por ciento en 2019 al 26,4 por ciento en 2020.
Aunque la mayoría de los datos corresponden al año 2019, el INE también pregunta en su encuesta por cuestiones que describen la situación económica de 2020 y permiten comprobar el efecto de la pandemia en la economía de los hogares.
LLEGAR A FINAL DE MES “CON MUCHA DIFICULTAD”
Así, el 10 por ciento de la población encuestada manifestó llegar a final de mes con “mucha dificultad” en 2020, un porcentaje que es 2,2 puntos superior al registrado el año anterior. Además, el 35,4 por ciento declaró no disponer de capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 33,9 por ciento anterior, y un 34,4 por ciento aseguró no poder permitirse unas vacaciones, un punto más que en el ejercicio precedente.
El porcentaje de población en situación de carencia material severa en 2020 se situó en el 7 por ciento frente al 4,7 por ciento del año anterior y los principales problemas estuvieron relacionados con retrasos en el pago de gastos de la vivienda (13,5 por ciento frente a 8,3 por ciento en 2019), dificultades para mantener la casa con una temperatura adecuada (10,9 por ciento frente a 7,6 por ciento) y no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (5,4 por ciento, frente a 3,8 por ciento).
Se considera que una persona está en situación de carencia material severa si vive en un hogar que no puede hacer frente a cuatro de los nueve elementos de una lista que contiene, además de los ya mencionados, la imposibilidad de afrontar gastos imprevistos por valor de 750 euros, irse de vacaciones una semana al año, disponer de un automóvil, teléfono, televisor o lavadora.
En cuanto a la tasa AROPE, que se construye con la población en riesgo de pobreza, con carencias materiales o con baja intensidad en el empleo, subió del 25,3 al 26,4 %.
RIESGO DE POBREZA
El riesgo de pobreza pasó del 20,7 al 21 por ciento, mientras que el porcentaje de personas residentes en hogares con baja intensidad en el empleo se redujo nueve décimas, y se situó en el 9,9 por ciento.
La tasa de riesgo de pobreza aumentó 4,3 puntos para los mayores de 65 años y 0,5 puntos para los menores de 16 años, mientras que descendió 0,9 puntos para el grupo de edad de 16 a 64 años.
Respecto a la importancia que tiene el nivel de formación, el 36 por ciento de la población con un nivel educativo equivalente a educación primaria o inferior estaba en riesgo de pobreza o exclusión, mientras que esta tasa se reducía al 13,7 por ciento en el caso de las personas con educación superior.
El 49,1 por ciento de las personas en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, porcentaje que ascendía al 54,7 por ciento en el caso de los parados, al 15 por ciento en los ocupados y al 16,7 por ciento en el caso de los jubilados.
Según la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo de este umbral era del 22,6 por ciento para los españoles, del 43,4 por ciento para los extranjeros de la Unión Europea y del 58 por ciento para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE.
ENDEUDAMIENTO Y AHORRO
El INE publica además un módulo sobre endeudamiento y ahorro que refleja cómo cuatro de cada diez hogares españoles ahorraron dinero al final de un mes normal el pasado año, mientras que el 7,3 por ciento necesitó pedir dinero prestado, porcentaje que en el caso de las familias formadas por un adulto con hijos dependientes a cargo se incrementa hasta el 21,1 por ciento.
Los datos indican que un 5,9 por ciento de los hogares tuvo retrasos en el pago de recibos no relacionados con la vivienda como teléfono, educación, sanidad, etcétera (no se incluye hipotecas ni gastos de agua, gas o calefacción) y en el caso de los hogares formados por extranjeros, los retrasos afectaron a dos de cada diez. dificultades económicas generadas por la pandemia provocaron que en 14 de las 19 comunidades y ciudades autónomas españolas se duplicara, o casi, e incluso se triplicara el porcentaje de hogares que tuvieron que afrontar retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal o las compras a plazos.
COMPRAS A CRÉDITO
La Encuesta de condiciones de vida publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, relativa a 2020, un año marcado por el coronavirus y la crisis económica que en muchos sectores ha causado la pandemia, revela que el 28,2 por ciento de los hogares de Ceuta, el 23 por ciento de Canarias, el 19,8 por ciento de Melilla y el 19 por ciento de Andalucía tuvieron que retrasar pagos relacionados con la vivienda principal o de compras a plazos.
Porcentajes por encima de la media (13,5 por ciento) registraron también en Murcia (15,5 por ciento), Comunidad Valenciana (14,4), Catalunya (14,3) y Extremadura (13,7), mientras que presentaron los porcentajes más bajos Aragón (5,4), Cantabria (6,8) y Castilla y León (6,9).
En comparación con 2019, el año previo a la llegada de la Covid, este porcentaje se triplicó en Castilla y León y estuvo cerca de hacerlo en Canarias y Cantabria; se duplicó o más en Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra, La Rioja, Ceuta y Melilla y casi se multiplicó por dos en Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia.
El análisis del INE sitúa a las comunidades del sur peninsular, el archipiélago canario y las dos ciudades autónomas con los peores indicadores en cuestiones que describen la situación económica percibida por los españoles en el momento de la entrevista, esto es, a finales de 202, tras diez meses de problemas económicos generados por el coronavirus.
Así, Canarias (15,6 por ciento), Andalucía (14,8) y Extremadura (12,7) fueron las comunidades autónomas con mayor porcentaje de personas que llegaban a fin de mes con “mucha dificultad”, frente Aragón (5,5 por ciento), País Vasco (5,6) y Comunidad Foral de Navarra (5,9).
FACTURAS IMPREVISTAS
El 63,1 por ciento de la población de Canarias, el 46,8 por ciento de la de Extremadura y el 43,9 por ciento de la de Andalucía no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos en 2020, mientras que ese porcentaje era más reducido en País Vasco (19 por ciento) y Navarra (20,1 por ciento).
A su vez, Canarias (47,4 por ciento), Andalucía (45,4) y Región de Murcia (45,3 presentaron los mayores porcentajes de personas que no podían permitirse ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana en todo 2020, frente a los más bajos, de nuevo, de País Vasco (18 %), Navarra (21,1 %) y Aragón (23,6 %).
Pese a estar en el lado de los indicadores negativos, Andalucía mejoró sus datos respecto a 2019 en cuanto a las dificultades para salir de vacaciones, afrontar gastos imprevistos y llegar a fin de mes