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El oficio de calcinero y la costrumbre de encalar las casas menorquinas protagonizan la exposición temporal “Temps d’emblanquinar” en el Centro Artesanal de Menorca que se puede visitar a partir de este viernes. La falta de demanda hizo que en 2020 cesara su actividad el último horno de cal que se mantenía en activo en la isla.

La muestra se ha planteado como una superposición de capas, del mismo modo que lo hacen las capas de cal sobre las paredes encaladas. A través de imágenes antiguas y recientes, ilustraciones, herramientas y otros elementos interactivos, se explica cómo eran los hornos de cal y cómo se encalaban se casas en Menorca, tarea reservada tradicionalmente a las mujeres, con la ayuda de las niñas de la casa.

El procedimiento de extracción de la cal en Menorca se mantuvo prácticamente inalterable desde sus inicios, a pesar de los avances tecnológicos. Aunque encalar las viviendas era una actividad relativamente sencilla en la que se utilizaban pocas herramientas, algunas personas se dedicaban de manera semiprofesional a esta tarea. El encalado mantenía las viviendas más frescas y protegía las paredes de las inclemencias meteorológicas.

En la exposición se proyectan dos piezas audiovisuales sobre la tradición del encalado. La primera de ellas ha sido elaborada por alumnos de 4º de ESO del colegio concertado Sant Francesc d’Assís de Ferreries y muestra cómo los estudiantes experimentan la fusión de la piedra de cal en agua. El segundo vídeo es un documento histórico del año 1984, obra de Sebastià Rotger y Pere Fullana, recuperado del Fons Don Bosco-Unió d’Antics Alumnes Salesianes.