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Yanira, Marigan, F Jord III y Calima al frente de la Copa del Rey de Barcos de Época

Yanira
Yanira
Calima
Calima
Copa del Rey de Barcos de Época Repsol 2021 (Fotos: Luis Fernández)
Marigan
Marigan
Copa del Rey de Barcos de Época Repsol 2021 (Fotos: Luis Fernández)
Velero Viola
Velero Viola
Copa del Rey de Barcos de Época Repsol 2021 (Fotos: Luis Fernández)
Imagen de la Copa del Rey de Barcos de Época Repsol 2021 (Fotos: Luis Fernández)
Imagen de la Copa del Rey de Barcos de Época Repsol 2021 (Fotos: Luis Fernández)

La XVII Copa del Rey de Barcos de Época Repsol, organizada por el Club Marítimo de Mahón, largó amarras este mediodía con buen viento, un Llebeig (SO) de entre 13 y 16 nudos que, sin embargo, fue poco a poco amainando y obligó al Comité de Regatas a acortar el recorrido y a descartar la idea inicial de montar la llegada en el interior del puerto natural de Maó.

El recorrido de 14 millas náuticas, en forma de triángulo, quedó reducido a 12,9 millas. La flota se dirigió a la Isla del Aire, que tomó por babor, y de ahí a una baliza situada frente a S’Algar. El último tramo, hasta la llegada, se disputó con muy poca presión eólica y provocó una reagrupación de las embarcaciones. Galvana (1976), Amazón (1972) y Yanira (1954), todos pertenecientes a la categoría de Clásicos, llegaron prácticamente juntos al final de la prueba.

CLÁSICOS

Yanira, un diseño de Bjarne Ass construido en Noruega, patroneado en esta edición por Valerie de Marotte, se llevó la victoria entre los Clásicos (barcos construidos entre 1950 y finales de los 70) y se coloca como líder provisional de su clase con una ventaja en compensando de algo más de seis minutos sobre el Argos (1964), segundo en la general.

La embarcación de la armadora neoyorkina Barbara Trilling busca su octava victoria en la Copa del Rey de Barcos de Época Repsol, mientras que el Yanira ha puesto rumbo al que podría ser su séptimo triunfo. El debutante Rossina di Mare, un Sparkman & Stephens de 1961 con base en el Puerto de Pollença (Mallorca), resultó menos penalizado de lo que su patrón sospechaba y es tercero provisional. Amador Magraner confesó ayer que, pese al espíritu competitivo de la tripulación, no confiaba en estar en la cabeza de la flota al ser su primera participación y tener el barco preparado para crucero. La realidad es que arranca en tercera posición, por delante de unidades tan potentes como el Galvana, de los hermanos Pella, o el Amazon, de Olivier Pecoux.

ÉPOCA BERMUDIANA

Dos diseños de Germán Frers se pusieron al frente de la clase Época Bermudiana (barcos anteriores a 1950 con aparejo de vela triangular). La primera posición es para el Fjord III (1947), el barco del Yacht Club Uruguayo armado y patroneado por Scott Perry, que obtuvo una renta de casi seis minutos en corregido sobre el Recluta, la yola recién construida por Germán Frers II sobre unos planos de 1944 de su padre. El propio Frers está a la caña de esta imponente embarcación de 20 metros cuya botadura ha supuesto la culminación de un sueño familiar y ha inspirado un libro, obra de su hija, Zelmira Frers. El siempre competitivo Rowdy (1916), uno de los cinco centenarios que se dan cita en la Copa del Rey de Barcos de Época de Mahón, ocupa la tercera plaza en la general provisional, a muy poca distancia (menos de un minuto) del Recluta. El Argyll (1948), del popular actor galés Griff Rhys Jones, viene empujando fuerte desde la cuarta plaza.

ÉPOCA CANGREJA

Tim Liesenhoff y su equipo del Marigan (1898), el barco más antiguo de la flota reunida estos días en Menorca, lidera la clasificación de la clase Época Cangreja (barcos botados antes de 1950 con aparejo áurico). El Spartan (1913), el más rápido en tiempo real, le pisa los talones. La diferencia en compensado entre ambos es de 45 segundos, a pesar de que el barco propiedad del astillero NHG Restoration, de 22 metros de eslora, cruzó la línea de llegada con 35 minutos de antelación. El bronce provisional es para el Viola (1908), de Belkin Kostia, el único William Fife III que participa este año en la regata mahonesa, que visita por primera vez.

ESPÍTITU DE TRADICIÓN

El Calima (1970), de Javier Pujol, apunta ya a su décimo tercera victoria en la Copa del Rey de Barcos de Época Repsol en la categoría Espíritu de Tradición. Hoy se puso al frente de general con dos minutos de ventaja sobre el Lohegfrin (1974), de patroneado por Jordi del Tarre, y casi tres respecto al Legolas (1996), de Jens Ricke. El barco con el mejor palmarés en la historia de la regata fue, además, uno de los más rápidos en tiempo real. Este año se cumple el vigésimo aniversario de su triunfo en la Fastnet Race.

La competición se reanudará mañana sábado, 28 de agosto, a partir de las 12.30 horas. Los partes anuncian viento del NE de entre 14 y 21 nudos, condiciones en las que los barcos más pesados parten con algo de ventaja.

ANDRÉS DE LEÓN (YANIRA): “Hemos hecho una muy buena regata con un viento estable de entre 13 y 16 nudos, condiciones perfectas para nosotros. Hemos navegado a una velocidad estable de unos 8 nudos y al llegar a la entrada del puerto de Mahón nos hemos encontrado con un ‘pozo’ de viento enorme, pero lo hemos superado apuntando muy alto. ¿Qué me ha parecido el recorte del recorrido ordenado por el Comité? Pues, perfecto, la verdad. Nuestro gran rival será el Argos, que hoy ha cometido un error al dejar una boya por babor, perdiendo mucho tiempo. Mañana, con más viento y más ola, tendremos una buena pelea con ellos. Su barco es muy rápido”.

SCOTT PERRY (FJORD III): “Siempre es bueno ganar la primera regata. Estoy muy contento de que el Comité de Regatas haya decidido acortar el recorrido porque no había casi nada de viento. Quizá, incluso, podría haber colocado la línea de llegada una milla antes, pero ya estuvo bien así. Este campo de regatas es de los mejores del mundo y yo he navegado en muchas partes. Nos gustaría ganar la XVII Copa del Rey de Clásicos aquí en Menorca, pero tenemos grandes rivales como el Rowdy, Meerblick o el Recluta”.

ALEJANDRO GUASCH (CALIMA): “La regata ha empezado con el viento típico de Menorca y con la necesidad de hacer bordos a tierra, pero en la última media milla, antes de entrar en el puerto, ha habido una brusca encalmada y un cambio de viento que ha cogido por sorpresa a toda la flota; esta circunstancia ha desvirtuado un tanto la prueba. La decisión de acortar el recorrido ha sido totalmente correcta; quizá debería haberse decidido antes pero realmente era imposible prever la meteorología del último tramo”.


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