De una manera estudiada, en función de que baja la presión turística, la oferta complementaria y también hoteles o parques acuáticos lanzan sus ofertas, dirigidas sobre todo al público local.
Aún tenemos días de verano y calor por delante y algunas fechas festivas o fines de semana que los menorquines podemos aprovechar para sacarle el mejor partido a nuestra isla. En las playas ya no hay masificación pero la carta de servicios y oferta sigue vigente. Lo estará aún un cierto tiempo. Para que no decaiga el ritmo, muchos establecimientos hacen sus ofertas de fin de temporada.
Varias cadenas hoteleras ofrecen descuentos para sus paquetes de alojamiento, restauración y servicios extra como spas. Parques acuáticos mantienen sus descuentos para residentes y perfilan algún precio de promoción para que en sus instalaciones sigan nadando los miembros de toda la familia. En el ámbito de la restauración vemos que al no haber tanta presión (como hubo en agosto) permite la realización de eventos como las muestras de gastronomía.
Para muchos establecimientos turísticos, hay un público objetivo; el local. Y eso incluye a personas que viajan desde otras islas para venir a Menorca en estas fechas.
Los bonos turísticos son un aliciente que está motivando reservas de alojamiento o de actividades que permiten mantener a las empresas funcionando más tiempo. La iniciativa del Govern balear, que se complementa con otras mejoras que ofrecen algunos ayuntamientos, permite que siga circulando gente y que siga disponible el club de buceo, el alquiler de embarcaciones, la escuela de windsurf y, por ese mismo motivo, la tienda de souvenirs, el ultramarinos,…
De la misma manera que el golpe que supuso el confinamiento del COVID al llegar, las estrategias para reflotar la economía basada en el sector servicios y particularmente enfocada al turismo, puede haber encontrado en estas fechas otro “agosto” siempre que la meteorología responda igual de bien.
En particular Menorca muestra cierto optimismo por la buena perspectiva de las programaciones de la compañías aéreas y por la solidez de la oferta de turismo rural que se mantiene con altos índices de ocupación más allá de agosto. Según datos de estudios de reservas, septiembre y octubre mantienen el tipo y alargan la temporada, además con un perfil de turista medio-alto que genera negocio en la oferta complementaria. El mercado francés está ayudando mucho a este dato positivo. Según algunas fuentes, en octubre está prevista un 52% más de vuelos programados que en 2019.
