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Se presenta “El sello de los menorquines”

El Ateneu de Maó acogerá este viernes la puesta de largo de esta novela histórica escrita por Luis Soler

Una historia sobre los 'minorcans'.
Una historia sobre los 'minorcans'.
La novela de Luis Soler repasa la vida de los emigrantes menorquines a la Florida.

Luis Soler Dauchy presenta este viernes a las 20 horas en el Ateneu de Maó su última novela, Se trata de un relato histórico que lleva por título “El sello de los menorquines” y explora la historia de los isleños que emigraron a la Florida en Norteamérica.

Según explican desde la Editorial Círculo Rojo, un hecho histórico sirve de base al autor para relatar una ficción que acerca al lector a un episodio destacado de la Menorca del siglo XVIII y que vincula intencionadamente a la creación de los Estados Unidos. La técnica del documento encontrado sirve para atrapar al lector en un viaje en el tiempo de 250 años atrás y hasta la actualidad.

Podría catalogarse como una novela de aventuras para lectores jóvenes o como una novela histórica. Tiene ingredientes para mantener la acción en vilo a lo largo de sus páginas y deja un final abierto para la siguiente parte. El ritmo que consigue con los protagonistas contemporáneos, encargados de desentrañar el misterio que encierra el manuscrito encontrado se frena con el propio relato del menorquín del siglo XVIII. Algunos lectores seguramente se sentirán defraudados al no conocer la resolución a dicho misterio, que se supone que conoceremos en el siguiente libro.

La prosa es fluida y tiene la virtud de utilizar un lenguaje que no está exento de guiños que harán sonreír al lector. No se trata de un documento fidedigno a lo que ocurrió pero que deja la puerta abierta a lo que podría haber pasado. Además, nos descubre muchos aspectos poco conocidos de las aventuras y desventuras que pasaron estas personas.

El protagonista principal es Jack Towers, un investigador del Instituto de Historia de Washington en racha. Nuevas responsabilidades en su puesto de trabajo le ponen a cargo de un reto profesional que debe solventar lo mejor posible: descubrir nuevos argumentos del origen de la nación. Ese viaje le lleva a Florida donde, con la ayuda de una joven investigadora local, harán un descubrimiento sorprendente en relación al papel que jugaron los menorquines en la disputa de las grandes naciones por el Nuevo Mundo. El manuscrito de un menorquín que explica su vida desde la Menorca del siglo XVIII, inmersa en destacados cambios políticos y sociales, pasando por el difícil viaje en barco en busca de prosperidad hacia América, la trampa que supondría la colonia de New Smyrna para esas aspiraciones de una vida mejor y la posterior huida hacia San Agustín de la Florida. Es la epopeya que dejó en San Agustín a pocos centenares de menorquines como supervivientes de aquel sueño que les hizo zarpar del puerto de Mahón en la primavera de 1768, cuando entonces eran más de 1.400.

El narrador explica durante una parte del libro, a modo directo, el transcurso de la acción. Cuando se llega al momento de conocer el contenido del manuscrito que encuentran, pasa a ser la voz de Joseph Lorenz, el menorquín del XVIII que explica su vida, la que toma el hilo narrativo y se mantiene hasta el final de ese relato. El autor utiliza a personajes destacados de la historia a los que cambia el nombre para poder poner en su boca los diálogos de la ficción que quiere crear. Desde el guía espiritual de los menorquines en esa odisea hasta el médico escocés que los contrata para ir a la tierra prometida, pasando por los distintos gobernadores que tuvo Florida o por alguno de aquellos que incitaron a la rebelión contra los británicos, luego reconocido como uno de los precursores de los futuros Estados Unidos.

Los personajes actuales de “El Sello de los menorquines” tienen una personalidad bien definida, son creíbles y encajan en su papel del relato. Jack usa la ironía a menudo, Hardigan impone su mal carácter de jefe del AMHIWA, Carla rezuma un espíritu joven y aventurero. En la parte del relato del siglo XVIII, el narrador cuenta en primera persona las vivencias propias y de la comunidad de menorquines, aportando los datos que nos descubren lo que ocurrió desde un punto de vista hasta ahora inédito.

Una novela histórica siempre resulta interesante por su contenido. Si además tiene visos de novela de aventuras, amplía su campo de interés para otros posibles lectores. Ni el recurso de documento encontrado ni el subtítulo de ‘Basada en hechos reales’ le quitan mérito. El título, así como que se circunscribe a un evento migratorio localizado, podría hacer dudar al lector de sumergirse en sus páginas. Sin embargo, lo más probable es que agradezca las dosis de lectura ágil y entretenida que pide cualquier libro. Tiene, sin embargo, un valor añadido para los lectores que se hayan familiarizado con alguno de los elementos que trata; desde los puramente históricos a los geográficos. Miles de descendientes de los conocidos como ‘minorcans’ son la constatación de que existe un vínculo cultural vivo, una comunidad que se enorgullece de dónde viene, de ser la raíz de esta historia.


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