Al escrutar los daños colaterales que nos ha dejado la pandemia, hemos puesto demasiado el acento en las consecuencias económicas. Según la Fundación GADESO, la educación no ha salido bien parada. Los principales ejemplos surgen en una tasa de abandono escolar y registros de fracaso escolar que ya se combatían antes del mes de marzo del 2020 y que, con el confinamiento y los escenarios de seguimiento escolar no presencial han hecho retroceder varios pasos en el camino de la excelencia educativa.
Es cierto que los planes de contingencia y los esfuerzos de los claustros de diferentes centros escolares han hecho esfuerzos para que continuaran lo mejor posible los cursos 2019-2020 y 2020-2021 pero, en la percepción de la última encuesta sobre la educación en Balears, los datos apuntan a que los principales problemas son el fracaso y abandono escolar, la falta de relación entre el mundo educativo y el mercado laboral, la ratio de alumnos por aula y la falta de recursos y de inversión.
El 95% de los encuestados considera que una buena formación mejora las posibilidades de encontrar trabajo. Respecto a 2019 ha aumentado la percepción de que la educación es importante y los datos de Menorca sitúan a la isla como la que más valora la educación como clave del futuro de los estudiantes.
Además, el 71% de encuestados considera que no siempre lo que se enseña es útil en la etapa laboral. Mucho más bajo es el índice de personas que cree que falta implicación de los profesores (solo un 18%). Respecto al grado de satisfacción de cómo va la educación en nuestra comunidad, de nuevo Menorca es la que mejor puntúa; su grado de satisfacción es de 5,3, dejando por detrás la media balear que está en 5,1.
La puntuación según la tipología de centros educativos mejora respecto al 2019, tanto en la pública como en la concertada o los centros privados. Estos últimos son los que tienen una mejor puntuación (de 8,5) respecto a públicos (6,5) y concertados (6,9). Pero no es esta puntuación lo que hace que los padres escojan centro escolar. Por delante está el factor de si está cerca de casa o del trabajo de los padres.
En segundo término interesa el proyecto educativo y bastante más atrás en la gráfica otros aspectos como el prestigio, las instalaciones o el horario.
Pese a los esfuerzos que se han realizado últimamente por parte del Gobierno para dar oxígeno a la Formación Profesional y a la educación dual, aún hay un 60% de la población que ve a la FP como la hermana pobre del sistema educativo. También es cierto que apenas un 42% de la población dice conocer cómo es esta oferta educativa renovada.
Finalmente, el 61% de la población encuestada valora positivamente los planes de contingencia que han puesto en marcha los centros para actuar ante eventualidades derivadas del COVID, mientras que el 13% las creen insuficientes y otro 9% consideran que son medidas exageradas.