Con motivo de la celebración de la quinta edición de Alergomenorca, un foro que ha reunido a casi medio centenar de especialistas en alergología los días 1 y 2 de octubre en el Museo de Menorca, se ha insistido en la anomalía histórica que supone que Balears carezca de este servicio en la sanidad pública. Ante este hecho, alergólogos y pacientes han manifestado la importancia de que se impulse, de manera urgente, un servicio de especialistas en esta materia, para poner solución a esta injusta situación de inequidad y graves consecuencias que supone para su calidad de vida.
Durante la jornada, además de la situación actual de la especialidad de alergia en Baleares o el desafío que supone ser una persona alérgica residente en las Illes Balears, los profesionales han tratado otros temas de interés como la “amenaza” que suponen ciertos alimentos y las diferencias entre alergia e intolerancia.
“Nacer con alergia en Baleares no debería suponer un problema”. Con estas palabras, inauguró la jornada el Dr. Antonio Valero, presidente de la Sociedad Española de Alergología (SEAIC), que desde ya casi dos décadas lucha para revertir esta situación que va en contra de la equidad en el sistema sanitario.
Así, en el foro se ha puesto de manifiesto cómo las Illes Balears no está cumpliendo con la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, por la que se establece la obligación de garantizar las prestaciones sanitarias en condiciones de igualdad efectiva en todo el territorio nacional.
Y es que, las alergias respiratorias, alimentarias, a medicamentos y a la picadura de determinados himenópteros y demás animales, por su elevada prevalencia, se han convertido en un verdadero problema de salud pública con una prevalencia estimada del 25% de la población en las Islas. Por ello, la misma OMS recomienda un alergólogo por cada 50.000 habitantes.
En el caso de Balears, no existe ningún Servicio Público de Alergología, pues tan sólo se cuenta con una especialista adscrita a Otorrinolaringología de Son Espases, en Palma. En este sentido, la Dra. Sendy Chugo, alergóloga adjunta en el Hospital Universitario Son Espases, puso de relieve, a través de datos, la situación en el sistema público de salud balear: un único alergólogo para cubrir 1,2 millones de habitantes, cuando en las Islas Canarias se cuenta con 32.
Retraso en la vacunación Covid
Los pacientes también han ofrecido su testimonio en Alergomenorca. Esther Sintes, madre de hijos con alergia al huevo y a la leche, relató “la odisea para tratar la alergia a estos dos alimentos básicos, teniendo que acudir a la privada o a la sanidad pública de Catalunya para conseguir el tratamiento de desensibilización al huevo y la leche de sus hijos”. Y añadió: “¿si no hubiéramos tenido los recursos económicos, ¿qué hubiera pasado con mis hijos?”
El retraso en el diagnóstico y tratamiento conlleva, además, consecuencias muy graves asociadas a la vacunación contra la COVID-19 para población de riesgo. En Baleares no han sido estudiadas las reacciones alérgicas en la gran mayoría de la población, condición indispensable para la administración de cualquier vacuna. Por tanto, la realidad es que, mientras la mayoría de los pacientes alérgicos puede vacunarse contra la COVID-19 sin problemas, el circuito para llegar a la autorización sufre una importante demora, la cual es otorgada por la única especialista en alergología de las Islas Baleares.