El ritmo de crecimiento económico de una punta y otra del archipiélago es diferente y eso no es ningún secreto. Recientemente hemos sigo testigos de un debate sobre las posibilidades de la economía azul en Menorca mientras que en Ibiza no hablan de posibilidades si no de cuánto dinero está reportando, con cifras incluidas.
La Fundación Impulsa ha compartido en el Foro Marino de Ibiza los datos del último balance pre pandemia que indica un valor añadido bruto de más de 5.000 millones de euros anuales con la base de un tejido empresarial de 6.464 empresas que dan trabajo a 87.831 trabajadores.
La economía azul existe desde hace mucho tiempo en Baleares gracias al segmento del turismo de costa que aporta un 66,5% de la riqueza a través del alojamiento y otro 24,6% en actividades de comercio, transporte y restauración. Además, hay que sumar la construcción y reparación de embarcaciones que con un pequeño 3,3% muestra que tiene recorrido de mejora. El transporte marítimo apenas deja un 2,8% y casi al final de los datos registrados tenemos un 1,7% que representa la explotación de recursos marinos vivos (pesca).
Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa, explicó con los datos señalados que la economía azul abre nuevas posibilidades de especialización tanto en lo que producimos como en la manera en la que lo producimos. El carácter sostenible es fundamental y juega un papel clave en el soporte de Europa vía recursos destinados a crear una nueva economía de futuro que sea perdurable en el tiempo sin arrasar con su base ambiental.
La herramienta de Impulsa denominada “i cluster” apunta a que capta en la economía azul un potencial del que ya hay muchas empresas que se están “mojando”. En Menorca ganamos en consciencia ambiental, con el respaldo que dan figuras como la Reserva de la Biosfera, pero en Ibiza la inversión se lleva a cabo en otros muchos elementos dirigidos a conseguir pingües beneficios basados en la explotación del mar. Un ejemplo son las ayudas del programa Next Generation de la UE.