Sra. Patricia Gómez, Consellera de Salut, ruego me permita dirigirme a usted de enfermera a enfermera, como delegada sindical de CSIF y como ciudadana menorquina, en relación a sus declaraciones negando el colapso de Servicio de Urgencias del Hospital General Mateu Orfila (HGMO) durante la temporada de verano.
Menorca, es después de Formentera, la isla menos poblada de las Illes Balears. También es la más envejecida, la que tiene mayor porcentaje de población mayor de 64 años según el INE. El HGMO es el único hospital público de la isla y a diferencia de Ibiza no disponemos de un referente en la sanidad privada de alto nivel con servicios de neurocirugía o hemodinámica cardíaca.
Todo paciente grave pasa necesariamente por el Servicio de Urgencias del HGMO y eso es una gran responsabilidad.
Sra Gómez, es cierto que nuestros números no son equiparables a los de ciudades como Palma, Madrid o Barcelona. Tampoco lo son nuestros recursos.
Según la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias un paciente grave en el contexto de un servicio de urgencias hospitalarias tiene que ser atendido inicialmente por dos enfermeras. ¿Sabe cuántas enfermeras hay en el turno de noche en el Servicio de Urgencias del Hospital General Mateu Orfila? Tres enfermeras para hasta 27 pacientes, incluidos los boxes de reanimación y críticos, observación y el triage.
Ahora imagine un simple accidente de tráfico de dos víctimas graves y haga números. Le invito a pensar en los posibles 25 pacientes que están dentro del servicio cuando esto pasa y por último reflexione sobre los que esperan en la sala de espera sin urgencia vital, que acuden porque no han encontrado solución en otros niveles asistenciales.
Bueno, pues a esto sume el aumento de la población flotante por la temporada turística y el doble de visitas a nuestro servicio, la quinta ola de la pandemia y la falta de personal sanitario. Imagine que no hay enfermería para reforzar el servicio y que las mismas enfermeras que trabajan se presentan voluntarias para cubrir guardias localizables y salir corriendo de casa cuando se les necesita a cualquier hora de la noche. Imagine que estas mismas enfermeras, además de su turno, son voluntarias para cubrir bajas, la campaña de vacunación y los cribados en el puerto y aeropuerto. Imagine que además se les pide que renuncien a sus vacaciones para poder dar cobertura sanitaria. Y ahora, con estos datos, recapacite sobre lo que significa colapso para usted.
Sra. Gómez, no son números son personas. Escuche a la enfermera que lleva dentro. Dote a los servicios de urgencias de esta isla con los recursos necesarios para garantizar una atención de calidad y demuestre que los ciudadanos de Menorca no le importamos tan poco como parece.