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El Lazareto de Maó se convierte en una fortaleza digital

El nuevo recorrido presenta a través de once puntos informativos los principales espacios de interés, entre ellos la Puerta de los Leones

Lazareto de Maó
Lazareto de Maó

Con la voluntad de promover y divulgar el patrimonio histórico y cultural de la isla de Menorca, el Consell de Menorca ha instalado un sistema de señalética interactiva en el Lazareto de Maó que permite realizar una visita autoguiada – por ahora durante los momentos de ocio existentes en los eventos tipo congresos que tienen lugar en este espacio –, a través de paneles informativos que, además, ofrecen información ampliada a través de un smartphone o cualquier dispositivo móvil. Esta información está disponible en diferentes idiomas e incluye una selección de imágenes históricas y curiosidades que facilitan entender la naturaleza del lugar y de la gente que transitó, mientras se disfruta del tour de forma independiente.

El sistema digital y los contenidos utilizados, desarrollados e implementados por la empresa Inmedia Solutions, es una herramienta flexible y adaptable que permitirá la futura ampliación con nuevos contenidos interactivos, como una audioguía o soluciones de realidad aumentada. De esta forma, la nueva ruta se convierte en una opción complementaria para los visitantes que acceden al complejo fuera del horario de las visitas guiadas.

El nuevo recorrido presenta a través de once puntos informativos los principales espacios de interés del Lazareto, entre ellos la Puerta de los Leones, el acceso principal al recinto, los pabellones y patios de oreo donde se ponían a airear los bienes y las mercancías susceptibles de infección, la enfermería donde se cuidaba a los enfermos, o la Torre de los Secretos, donde un curioso efecto acústico permite compartir confidencias en voz baja a dos personas que se sitúen en dos esquinas opuestas.

La historia del Lazareto de Maó sigue más viva que nunca. A principios del siglo XIX aquí se detenían los barcos procedentes de todo el Mediterráneo para pasar una cuarentena obligada y evitar la transmisión de enfermedades infecciosas como el cólera, la fiebre amarilla o la peste. Pasajeros, tripulantes y mercancías estaban obligados a confinarse en esta fortaleza sanitaria situada frente al puerto de Maó durante cuarenta días, antes de acceder a la isla balear o seguir su camino hacia la península. Lo que hace unos siglos era un procedimiento común, ahora despierta el interés de muchos visitantes, y por eso se ha aprovechado el tiempo de cierre forzado por la pandemia para terminar todo el nuevo sistema de señalética interactiva.


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