“No es fácil olvidar la primera vez que ves los ojos desencajados y la espuma blanca y espesa que sale de la boca de un caballo que está aterrado. Hay un riesgo evidente de que sufran ataques de ansiedad, golpes de calor –los ‘jaleos’ son en verano– y heridas provocadas por las espuelas y el bocado. Poco me parece lo que les pasa a estos animales, teniendo en cuenta que el jinete los fuerza a levantarse sobre sus patas traseras una y otra vez, y a saltar al ritmo de la banda mientras una multitud de personas –la mayoría ebrias– los agobian y zarandean“. Así de tajante describe el periodista catalán Lluís Freixes en eldiario.es su experiencia en una de las fiestas populares de Menorca.
“Además del sufrimiento al que se somete a los caballos, la tradición –el patriarcado– no permite a las mujeres cabalgar en la fiesta más emblemática de Menorca; un privilegio al que se puede renunciar para defender la abolición de las los ‘jaleos'”, destaca el periodista.
Freixes se califica como “antiespecista por sentido común” y es un defensor de los animales. En este artículo señala que “en España se celebran algunas “fiestas” con animales cuya prohibición indefinida –ahora temporal por la pandemia– celebraríamos muchas personas por el bien de otros tantos animales. Podríamos hablar de la ‘disfrutá’ de los marranos, de los infames correbous, de los patos al mar y de mil salvajadas más que la covid puso en cuarentena, pero como las fiestas que conozco bien son otras, hoy trataremos de entender por qué no hacen falta que vuelvan los ‘jaleos’ de Menorca, las fiestas populares en las que los caballos azabaches de la isla son los reyes. O, mejor dicho, los esclavos“.
Un artículo polémico titulado “Tradiciones machistas y maltrato animal en los ‘jaleos’ de Menorca” que abre de nuevo el debate sobre el sufrimiento de los caballos en las fiestas populares de la isla y la participación de las mujeres en Sant Joan.
✍️ Al 2022 le pido que no hace falta que vuelvan las fiestas con animales que la pandemia ha suspendido. Hoy escribo en @eldiarioes y @CaballodeN sobre una tradición que usa a los caballos como juguetes y a las mujeres como sirvientas 👇🏽https://t.co/h1M6SA1PzL
— Lluís Freixes Carbonell (@llfreixes) December 29, 2021
El gran Luis Freixes… Perdido haciendo de enxaneta en un castell sin bases que le escuchen… nada, a otra cosa
… tiene toda la razón en cuanto a la discriminación machista y misógina en las fiestas, aunque patina un poco en el tema animalista, porque una cosa son los toros y demás, en que se tortura y mata a los animales, y otra las fiestas de la isla, en las que se admira a los caballos y se preservan de un año para otro… Lo bueno de la pandemia es que se empiezan a cuestionar muchas memeces que antes dábamos por sentadas, como que las mujeres no puedan subirse a un caballo con sus compañeros en las fiestas, o que una confesión religiosa saque sus trastos desfilando por las calles estorbando al tráfico y a los que no somos seguidores de tales exhibicionismos…
Ya estamos otra vez con lo mismo !!! 😫😫😫😫
Parece qe no hay más temas importantes que hablar..;’porqe’ de haber hay muchos’.
Moni, hay muchos temas de los que hablar, y se habla de muchos temas… Entre ellos, este. Se puede estar de acuerdo o no, pero se tiene que poder hablar.
Hola vivo en menorca, es horrible ver como sufren los caballos cuando son domados entre tanta gente y calor en las fiestas de pueblo en nombre de la iglesia catolica, a muchos nos dan ganas d llorar y no podemos ni mirar