Es difícil encontrar estos días en Menorca alguien que no esté afectado directa o indirectamente por el coronavirus. Contagiados, contactos estrechos, hospitalizados, cuarentenas… los estragos de la sexta ola se dejan notar. Hay más de 2.000 menorquines marcados por el virus.
Las últimas cifras oficiales del Àrea de Salut hablan de 2.177 casos activos, el mayor registro desde el inicio de la pandemia. Hasta 2.120 ciudadanos están en sus domicilios en seguimiento a través de las Unidades Volantes de Atención a la Covid (UVAC).
Después de un domingo en el que solo se realizaron pruebas urgentes, las cifras del pasado lunes, con un registro récord de 419 positivos, delatan un crecimiento desatado de los casos. La variante ómicron ha multiplicado los contagios en las últimas semanas.
La gran cantidad de infectados está condicionando el día a día en comercios, establecimientos, fiestas de Navidad, espectáculos deportivos y culturales y está por ver cómo lo hará en el regreso a las aulas, que será presencial, pero que puede estar muy marcado por el virus, especialmente en los primeros días de vuelta al colegio.
El aumento en los casos ya ha dejado secuelas también en la restauración. Las reservas para las cenas de Nochevieja cayeron en picado hasta desaparecer, una situación que podría provocar el cierre temporal de algunos locales. Y lo cierto es que el escenario no parece que vaya a mejorar.