El pasado 31 de enero el presidente de Canarias Ángel Víctor Torres se quejó de la existencia de importantes diferencias, entre comunidades autónomas, en la forma de contabilizar los fallecidos a causa del COVID. Además, pidió que el Consejo Interterritorial de Salud evite la confusión entre los óbitos producidos por la pandemia de aquellos que se producen por otros motivos, aunque con una PCR positiva.
Lo hacía con el habitual tono victimista de los Presidentes regionales cuando consideran que los datos no les son favorables. Cierto que, al ser del PSOE, se mostró disciplinadamente respetuoso con las decisiones tomadas por el gobierno actual nacional.
En cualquier caso, a raíz de esas declaraciones, el doctor José Miguel Gaona, en su programa “La Reunión Secreta” emitido en directo el pasado viernes 11 a través de su canal de YouTube, buceó en las páginas web de las diferentes consejerías de sanidad comprobando, que efectivamente, las formas de contabilizar las muertes causadas por el maldito bicho difieren mucho y tienden a la confusión apuntada por el canario.
Hasta tal punto existen 17 formas de tratar el tema que incluso, en algunos casos, se toman como referencia las esquelas publicadas en los medios de comunicación e Internet, o en otros una PCR positiva realizada con seis meses de anterioridad al deceso es suficiente para poder considerarse “muerto por COVID”, aunque el deceso se haya producido por un accidente de tráfico. En algunas otras ese período se reduce misteriosamente a la mitad. También las hay que advierten que el número de fallecidos por esta causa puede ser superior al de PCR efectuadas. En Baleares admiten que no pueden asegurar la bondad de los datos publicados.
Sin duda, se trata de una disfunción de la máxima relevancia porque en base a esos datos las autoridades han tomado graves medidas restrictivas de los derechos y libertades de las personas, con indeseables consecuencias, no sólo para la economía, sino también para la salud de todos aquellos que están afectados por otras enfermedades.
¿Existe algún interés en elevar las cifras de fallecidos por la pandemia?, ¿Cómo es que no se han establecido protocolos que permitan una mejor calidad de datos tan importantes?, ¿Es pura ineficiencia administrativa? Son preguntas que se suman a otras anteriores como ¿Qué fue lo que llevó al Gobierno de España, seguido por una parte de la oposición, a tomar medidas anticonstitucionales?, ¿Por qué se gestionó al estilo chino y no al occidental?, ¿Por qué algunos gobiernos autonómicos, como el Balear, tomaron medidas posteriormente fueron revocadas por los tribunales?
Ahora que parece que la enfermedad remite, es el momento de mirar hacia atrás con calma y perspectiva para analizar todas estas cuestiones, que han demostrado que, ante una pandemia tan importante tan como el desarrollo de la mismísima ciencia médica, lo es el de la solvencia de las instituciones sociales.
En cualquier caso, como probablemente, esa mirada hacia atrás no se hará de forma objetiva ni desde esas mismas instituciones oficiales, ni tampoco desde los grandes medios de comunicación a su servicio a pesar de que la verdad siempre interesa, les aconsejo visionar el programa del doctor Gaona que está disponible en YouTube bajo el título “La gran mentira de COVID”.
… en una pandemia así, que viene de nuevas y está todo por entramar para hacerle frente, debemos ser condescendientes, y no machacar como cuando lo hacemos -merecidamente- a los políticos, cuando se desvían de la lógica y el sentido común en otras materias de su vida política que ya tendrían que dominar… igual los profesionales de la gestión médica o las asistencias sociales… ahora bien, hay actuaciones que dejan mucho que desear, como lo acontecido con las muchas manos negras que ha habido a la hora de mirar para otro lado cuando el clero católico se puso a saltarse la cola debida, para vacunarse antes que los demás vete tú a saber por qué, porque no eran siquiera grupo de riesgo, ni mucho menos son personal sensible para la sociedad, como podrían ser las fuerzas del orden y emergencias, sanitarios y fuerzas vivas de muy arriba… el clero es un CERO A LA IZQUIERDA, y así y todo, se le permitió prevaricar descaradamente… si algún día se echa la vista atrás, necesitaremos una comisión de la verdad para desentrañar a todos aquellos que antepusieron sus particulares creencias religiosas a la vida de los ancianos de las residencias… el remedo de investigación que se hizo en su día fue una tomadura de pelo, a la altura de la ocultación de los abusos por parte de miembros del clero -mira por dónde hablamos del mismo club- una pifia que habrá que remendar algún día… no olvidamos… y los que tiraron la piedra y escondieron la mano y miraron para otra parte, queremos saber quienes fueron, políticos, sindicalistas, médicos o enfermeras… que se sepa también eso…