Se ha convertido en un filón. Las nuevas generaciones no deben mover a tanta gente (y tanto negocio) como ese perfil de persona que siente verdadera devoción por las canciones de su juventud y que se lanza a participar de los conciertos que se organizan alrededor de otras personas de su misma generación. El reencuentro es doble; con aquellas músicas y aquellas personas que coinciden en el amor a títulos que llenaron cintas de cassette.
La vuelta del proyecto de la sala Musicbox de Sant Lluís es una muestra y en estos últimos días está programando muchos conciertos que traen a grupos que han practicado hasta la saciedad las viejas canciones para que luzcan de nuevo con un fulgor que arremolina al público fiel. Muchos de estos grupos que se han especializado en hacer tributos vienen de Mallorca, un lugar cercano que permite plantear un concierto de tanto en cuanto.
Los grupos responden a un cliché; son tributos de bandas, grupos o cantantes que fueron éxito en los 80 y 90. Incluso antes. Led Zeppelin triunfó mucho antes que Mecano, por ejemplo. Aunque inicialmente programado para febrero habrá que esperar aún unos meses para que lleguen a Menorca. Pero el pop rock español de estas dos décadas consigue atraer al público.
Sumamos a esta cuenta las bandas que no se especializan en un solo grupo y que se atreven con covers (versiones) de varios grupos. Lo que podríamos denominar la banda para amenizar verbenas de toda la vida.
Y es que cuando una canción o un grupo nos gusta, es para toda la vida. Luego está el coste de reunir a grupos que ya no están en activo y que pedirían un caché imposible de pagar para la mayoría de salas. Pero un grupo que hace un tributo puede compensar esa falta de veracidad de las voces originales con el soniquete de las melodías y los recuerdos que a nivel particular acompañan a cada escucha.
Shanti Gordi acertó con su proyecto de Tributo a Pink Floyd. Le ha llevado por más escenarios de los que se hubiera imaginado al empezar a cantar esas canciones. Y el filón sigue; a cada grupo que anuncia un adiós, hay un grupo que afina sus instrumentos para tomar el relevo. Y no les va nada mal. Ni a ellos ni al público que estaba deseando volver a la pista de baile.