La Asociación de Comerciantes de Menorca (ASCOME) considera que “a nadie se le escapa que, como consecuencia social y económica de la actual pandemia de la COVID, si no hubieran existido las viviendas turísticas vacacionales, Menorca no habría podido tener temporada turística ni en 2020 ni en 2021“. Por esto defiende las viviendas turísticas de la isla y se suma “a las advertencias realizadas ya por PIME Menorca y otros gremios empresariales, sobre las graves consecuencias que conllevará la suspensión en la isla de Menorca del inicio de nuevas actividades turísticas de alojamiento dictada por el Govern de les Illes Balears, y que cuenta con el visto bueno del Consell Insular de Menorca. La aprobación exprés del Decreto ley 3/2022 de medidas urgentes para la sostenibilidad y la circularidad, escondía una moratoria turística que nadie conocía y que los sectores afectados no habían requerido”.
Los comerciantes destacan la importancia de las viviendas turísticas “como una actividad económica que distribuye la renta turística de forma inclusiva entre todos los menorquines y da apoyo a otros sectores productivos e industriales locales”.
Señalan que “la tipología de viviendas turísticas que se alquilan en la isla beneficia a un gran número de sectores y empresas menorquinas turísticas, ya que sus huéspedes son, por lo general, un tipo de cliente que demanda con mucha mayor asiduidad otros servicios turísticos (alquiler de vehículos, restaurantes, turismo activo, comercios,…)”.
Además, manifiestan que “en el caso de Menorca para el desarrollo de las viviendas turísticas vacacionales (que representan hoy en día alrededor del 32% de las plazas turísticas de Menorca) nunca ha sido necesario contar con grandes inversiones públicas, ni privadas, ni sobreexplotar recursos naturales, sino simplemente poner en valor las pequeñas edificaciones disponibles. Casas que por lo general están en manos de particulares y/o gestionados por pymes locales”.
Critican los comerciantes que “la inseguridad jurídica generada con un abrupto nuevo cambio de las normas de juego en medio de la partida, sin habernos recuperado aún de las consecuencias económicas y sociales del coronavirus, afectará también de lleno a las inversiones en viviendas ya existentes que beneficiaban indirectamente a sectores industriales y relacionados con la construcción de Menorca. Ello estimulaba al sector comercial con la compraventa en la isla de productos de menaje, muebles, materiales de construcción, electrodomésticos, equipamiento del hogar,…”.
Destacan que “las rentas de estos alquileres obtenidos por los particulares y pymes locales revierten sin duda en el propio territorio de Menorca, y las inversiones en estas viviendas son ejecutadas por industriales menorquines, por lo que el reparto de la renta turística se realiza de forma inclusiva en la misma isla“.
Como propietario de una casa de vacaciones unifamiliar en Menorca, traigo a la isla a docenas de familias bien educadas cada año. Gastan libremente en alquiler de coches, restaurantes y excursiones por la isla. Tengo licencia turística, soy totalmente legal y pago una gran cantidad de impuestos al Consell y al Gobierno. Siento que el gobierno es cada vez más hostil hacia mí como propietario de un alquiler vacacional y no me quiere ni a mí ni a los invitados que traigo a la isla cada año. Estoy a punto de vender mi villa (con una gran ganancia) e invertir mi dinero en una propiedad en un país que me da la bienvenida como inversionista y valora a los turistas bien educados y que gastan libremente que traigo a mi casa cada año.