El número de familias asistidas por Creu Roja en Maó se ha reducido drásticamente en los últimos meses con el fin de la sexta ola de la pandemia y la recuperación progresiva de la normalidad. La crisis económica derivada de la Covid empieza a desaparecer. Esto se nota en las personas que perciben ayudas de Creu Roja en Maó y Es Castell, pero hay colectivos que parecen haber entrado en una especie de pobreza cronificada que preocupa.
Arturo Bagur, portavoz de Creu Roja en Maó, cifraba en unas 200 las familias de la zona de Llevant que seguían recibiendo ayuda en declaraciones a Ràdio Menorca. Explicaba que son muchas menos que hace unos meses, pero que temía que este colectivo entre en una situación crónica de la que le cueste especialmente salir. Cabe apuntar que hace dos años, al inicio de la pandemia fueron más de 500 las familias que requirieron ayuda de Creu Roja.
Arturo Bagur apunta, además, nuevos retos que se están encontrando. El primero es la cada vez mayor demanda de ayudas para ancianos que residen solos en sus casas. Ya no es cuestión sólo de comida sino de ayudarles a combatir la soledad.
También se ha detectado un grave problema de vivienda sobre el que Creu Roja ya está preparando un programa para facilitar el acceso a un techo.
En lo que respecta a enviar ayuda a Ucrania, Bagur señala que ya se están coordinando con Cruz Roja Española para iniciar, cuando todo el dispositivo esté listo, una campaña de recogida de material humanitario para enviar.