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El Consell fletará una barca propia para evitar fondeos sobre posidonia

Entrará en acción este verano de forma coordinada con el servicio de la Conselleria de Medi Ambient

En Menorca se han dado muchos casos de fondeos sobre posidonia este verano
En Menorca se han dado muchos casos de fondeos sobre posidonia este verano

El Consell de Menorca fletará una barca de vigilancia de la posidonia este verano que se coordinará con las del Govern Balear. Así o han anunciado este jueves el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir, el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Llorenç Mas y el conseller insular de Reserva de Biosfera, Josep Juaneda.

Mir se ha congratulado por contar con esta nueva embarcación, «una actuación que demuestra la necesidad de la corresponsabilidad en la protección de nuestro mar y, especialmente, de la posidonia». «La incorporación de una barca propia desde el Consell da cumplimiento además al Decreto posidonia y refuerza la labor de concienciación que hace el Servicio propio desde hace cinco temporadas, más imprescindible que nunca ante una masificación creciente del mar como la que ya se vivió el pasado año en Menorca», ha añadido el conseller.

La gestión de la fanerógama en Menorca constata los beneficios de no retirarla

Por otro lado, se han presentado los resultados de la gestión de la posidonia en las playas de la isla, donde se han obtenido los mejores resultados del archipiélago, ya que Menorca es donde menos se retira. En este sentido, cabe destacar que de las 120 playas con las que cuenta Menorca, pidieron autorización para retirar la planta 28 y finalmente sólo lo han hecho  8.

La posidonia que se retira de las playas de la isla es aquella que por falta de espacio o por acumulaciones importantes de la misma debe ser retirada y destinada a otros usos o reubicada. En muchas playas se saca de la zona de baño y se deposita en la parte trasera de la playa. Al finalizar la temporada de baño se devuelve al mar para evitar pérdidas de arena debidas a los temporales invernales. Aquella posidonia retirada en estos lugares se dedica exclusivamente a usos tradicionales, como el agrícola y el ganadero.

Mas ha apuntado que estas cifras “corroboran que retirar el mínimo de posidonia de las playas no tiene sólo un impacto muy positivo en la regeneración de los sistemas dunares sino que no tiene efectos negativos en la percepción social de las playas”.


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