Son los restos de un barco de carga y descarga que ocupan una extensión de unos 40 m². Tiene una eslora de 13 metros y su manga original habría llegado a los 3 metros, de la que no se conservan más de 2 metros. El barco se encuentra hundido sobre su lado de estribor, que se conserva en toda su longitud y en algo más de la mitad de su anchura. Estos son algunos de los datos del estudio preliminar elaborado por los arqueólogos Xavier Aguelo y Bruno Parés en el pecio localizado durante los trabajos de remodelación del puerto de Fornells. Este viernes ha finalizado la campaña arqueológica subacuática preventiva que ha llevado a cabo durante diez días un equipo formado por tres arqueólogos subacuáticos que han trabajado en el estudio, la delimitación y la aproximación histórica de estos restos. Se trata de una embarcación que estaría propulsada por dieciséis remos, puesto que sobre la orla de estribor se han localizado un total de ocho escálamos y escalameras, elementos que se habrían utilizado como punto de apoyo para los remos. No se ha localizado ningún elemento que indique la posible utilización de un sistema adicional con vela. Junto con la localización de la posición de los remos también se han podido documentar los bancos donde irían sentados los remeros, dos de ellos todavía se conservan de forma parcial en la zona donde se ha excavado. Tal como indica el informe preliminar, en una primera aproximación se podría tratar de lo que se conoce como lancha, que hace referencia a la mayor de las tres embarcaciones menores que acompañaban a un barco de línea. Los restos del barco se podrían adscribir cronológicamente en un arco que iría entre inicios del siglo XVIII y mediados del XIX. Estas embarcaciones eran utilizadas para la carga y descarga de mercancías y personas desde los grandes barcos, que por su calado quedaban fondeados en el centro de las bahías de los puertos hasta la costa. También se podían utilizar como ayuda a los barcos en sus aproximaciones y maniobras dentro de los puertos o zonas de fondeo. La proximidad del pecio a la costa, en un espacio geográfico donde las tormentas de mar abierto tienen nula o poca afectación, así como la carencia de restos cerámicos u otros elementos que se puedan asociar al pecio, plantea como principal hipótesis que se trató de una embarcación que fue abandonada al haber sufrido algún tipo de incidente grave que no permitió su reparación, recuperando todos aquellos materiales que todavía se considerarían de utilidad. Conservación in situ El informe de los arqueólogos también determina que los restos del pecio no se verán afectados por los trabajos que se están llevando a cabo en el puerto de Fornells. Una vez finalizada la intervención arqueológica, los restos se cubrirán con tela geotextil y arena con el fin de preservar el pecio en las mejores condiciones que permitan su conservación in situ. El Servicio de Patrimonio Histórico del Consell de Menorca ha realizado el seguimiento de este hallazgo. El vicepresidente y conseller de Cultura de la institución, Miquel Àngel Maria, subraya la inviabilidad de recuperar el barco, ya que se trataría de una operación técnicamente muy compleja y de un coste económico muy elevado. En estos casos, como han determinado los arqueólogos, la mejor opción es la protección del bien subacuático in situ, la documentación gráfica y el estudio del pecio para su conocimiento y protección. Tras esta primera actuación, está previsto un estudio de la arquitectura naval, que llevará a cabo Marcel Pujol, doctor en historia y especialista en arquitectura naval medieval y moderna, a partir de los restos del pecio excavados. |