En la Plaza del Príncipe de Maó, la pareja formada por Jeremy Norris y Sharon presentan un nuevo concepto de galería de arte, sujeto a los tiempos en los que vivimos. Por eso dominan el método NFT, que es la gestión de obras de arte que se pueden comercializar como moneda electrónica (Bitcoin).
NFT proviene de sus siglas en inglés Non Fungible Tokens y que literalmente quiere decir que es un elemento que no se consume, principalmente por ser de carácter digital. Es decir, no es como una escultura o alguna obra u elemento tangible que podamos obtener físicamente. Se trata de un activo único que no se puede modificar ni transferir.
El comprador tiene la seguridad de que está adquiriendo una pieza original y única, con un certificado de autenticidad que valida la obra. Así puede ser cualquier archivo, como por ejemplo una foto, gifs, videos o canciones. Tiene un proceso complejo de autentificación que pasa por la tecnología blockchain, que encripta y asegura cada una de estas obras. Esta tecnología no solo es usada en artículos digitales de artistas independientes, pues marcas como Nike también han comenzado a emplearla para autentificar que ciertos pares sean reales mediante una plataforma donde se verifican datos de tu par con un código QR. Así el propietario de las obras o prenda, como en este caso, puede tener la certeza de su compra.
Una obra de arte es algo que puede tener un valor mucho más alto. La tecnología blockchain, que utilizan corporaciones bancarias por su alto grado de seguridad y trazabilidad, es lo que confiere que si alguien se enamora de una obra digital, aunque no pueda tocarse, no se pueda copiar y que su propietario legítimos pueda demostrar que es suya tras comprarla.
Maó reafirma su buen momento cultural que sigue sembrando en la ciudad citas culturales a conocer. Este sábado inauguran con una fiesta con música, vino y tapas y, por supuesto, arte. El joven valenciano Eduardo Bermejo presentará sus obras. Empezó su actividad pictórica a finales de los años 90 realizando murales en las calles de varias ciudades españolas. El muralismo conforma su impronta artística como magnífico representante de la fértil cantera de artistas valencianos y ahora llega a Menorca para mostrar sus pinturas.