El año pasado, con más mascarillas que ahora, se llevó a cabo una maratón de lectura donde voluntarios y voluntarias fueron leyendo en voz alta El primer hombre, una de las obras que más acercan a Camus a Menorca. Y eso que no hay constancia de que nunca pusiera el pie en nuestra isla.
Tanto por la mañana como por la tarde, en la plaza de la Conquista de Maó, quien quiera podrá leer un fragmento. Se irán encadenando las voces para dar al público asistente una mejor aproximación a una obra singular del Nobel de literatura franco-argelino.
El motivo es que encontraron el manuscrito inacabado de este libro en el maletín que llevaba el autor en el coche que sufrió el accidente que acabó con su vida. Durante muchos años (décadas) estuvo alejado de los circuitos de lectura a la espera de ser rescatada, recuperada, revisada y editada para el gran público.
La sinopsis que nos ofrecen las editoriales explican así un libro que tiene tintes de autobiográfico; El «hombre» del título es tal vez el padre del niño Jacques Cormery, protagonista de esta obra. Pero poco se sabe de este padre emigrante, muerto en el frente de la Primera Guerra Mundial. El verdadero primer hombre es el hijo: sin padre, educado en un miserable barrio de las afueras de Argel por una abuela autoritaria, que le inflige castigos corporales ante una madre exhausta por su trabajo «en casas ajenas», ¿por qué caminos llegó ese niño a convertirse en Premio Nobel de Literatura? Esta novela, que narra cómo ese niño va construyéndose a sí mismo, es la historia de la niñez de Albert Camus.
El manuscrito original estaba garabateado con su letra mala y rápida, resultó prácticamente ilegible y fue gracias a la ayuda de su hija (vendrá esta mes de mayo a la entrega de los Premios Camps 2022 a Menorca) que, finalmente, la obra vio la luz en el año 1995. El argumento no tiene el mismo peso que puede tener en otros textos, puesto que no fue sometido a correcciones. Y algo similar sucede también con la propia narración, que no llega a estar terminada. Es, sin lugar a dudas, el libro más personal, el más íntimo, el más abiertamente sentimental de Albert Camus.
El protagonista es Jacques Cormey, un niño que pierde a su padre en la Primera Guerra Mundial, a la edad de un año. Este será, como veremos luego, uno de los ejes fundamentales en torno al cual se articula la novela. Se va a Argel con la madre, una mujer sorda y analfabeta, pero con un carácter especialmente fuerte y con una alta capacidad de trabajo. El resto de la familia la completan su abuela y otros dos hermanos, uno de ellos con deficiencias mentales.
Se articularán tres diferentes hilos narrativos que formarán el sentido último de la novela. Por un lado podemos encontrar la relación fuerte e inusual que existe entre Jacques y su madre. Principalmente, ella es una figura que ayuda mucho al personaje a construirse a sí mismo. Es decir, a desarrollar sus habilidades, ofreciéndole un evidente suelo de humildad, pero también haciéndole aprender lo difícil que es venir de una clase tan baja en un mundo tan elitista.
Un segundo hilo en el argumento podemos encontrarlo en torno a la figura ausente del padre, evidentemente, el primer hombre en la vida de cualquier niño. Esa especie de búsqueda se articula como un rastreo por la personalidad del varón fallecido. Pero Jacques tiene también esa figura subconsciente con la que no llega del todo a reconciliarse. El tercer elemento lo podemos encontrar en el fútbol, pasión confesa del propio Camus. En la novela es un elemento de conflicto con la abuela, pero también un campo en el que experimentar y en el que desarrollar sus habilidades. A través de los partidos con otros niños aprende mucho sobre lealtad, juego, esfuerzo y sobre cómo los humanos se relacionan. Camus aseguraría, más adelante, que buena parte de sus pensamientos originales sobre moral y ética se los había dado el fútbol.
Para participar de la lectura hay que apuntarse en la web Trobadescamus.com