La paralización de la declaración de Menorca talayótica como Patrimonio Mundial no es el único proyecto paralizado en la isla por la guerra en Ucrania.
La recuperación de un antiguo monolito en la península de La Mola, en Maó, en honor a los soldados rusos muertos en Menorca en el siglo XVIII se encuentra también paralizado por el conflicto bélico. Cerca de 200 marineros rusos fallecieron en la isla por enfermedades cuando una flota zarista hizo escala en Maó de camino hacia Turquía para luchar contra los otomanos.
En su honor se levantó un monolito que se derribó años después cuando se construyó la fortaleza de La Mola puesto que el monumento se podía utilizar como punto de referencia por la artillería enemiga en caso de ataque. Este proyecto está ahora parado.
Por tratar de la reconstrucción de este monolito se trasladó hasta Menorca el agregado cultural de la embajada rusa en España, Eduard Sokolov en 2015 para entrevistarse con representantes del Consell insular.
De todos los marineros rusos de aquella misión el que aún tiene una tumba visible y destacada es Andreas Sipiridoff, príncipe ruso e hijo del almirante que comandaba las naves, fallecido por escorbuto como la mayoría de marineros de dicha flota. Su cuerpo se encuentra enterrado en la iglesia de La Concepció de Maó desde 1769.
El próximo 8 y 9 de mayo en Rusia se celebrará el final de la Segunda Guerra Mundial: este año, el presidente ruso quisiera magnificar la celebración de la liberación de Europa por el Ejército Rojo y su victoria contra el nazismo hitleriano celebrando el victoria del ejército ruso contra lo que él llama los nazis de Ucrania, un país gobernado por un presidente judío.(rodillo y apisonadora se llama esta subida de tono).