Maó, 17 junio (EFE).- El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) ha denunciado que las malas condiciones salariales y laborales de los vertederos de Menorca están provocando el colapso del servicio, así como un clima laboral “asfixiante”.
Por ello, la organización sindical ha señalado en un comunicado que comenzará a convocar movilizaciones y no descarta ir a la huelga en agosto.
CCOO ha recordado que desde hace meses se ha planteado al Consorcio de Residuos de Menorca la necesidad de afrontar la problemática de los trabajadores, pero el resultado no ha sido exitoso hasta el momento.
También se reunieron el pasado 7 de septiembre con el conseller insular de Medio Ambiente, Josep Juaneda, para presentarle un informe con 14 denuncias, principalmente relativas a los incumplimientos de la legislación sobre prevención de riesgos laborales por parte de la empresa concesionaria, el no cumplimiento de las instalaciones sobre disposiciones mínimas en los puestos de trabajo, que ahora se han agravado con la ola de calor, o la recepción de amianto.
Por otro lado, también se quejan del desajuste entre los horarios laborales y de atención a los usuarios, las cargas de trabajo, los bajos sueldos y la categoría laboral inferior a las funciones desarrolladas por operarios y la necesidad de revisar esta situación de cara los nuevos pliegos.
El sindicato ha enfatizado la necesidad de remunicipalizar el servicio para que únicamente se gestione desde el Consorcio, propuesta que rechazó el conseller de Medio Ambiente.
“La situación se ha visto agravada por diferentes motivos, el primero la renuncia del encargado el pasado 4 de noviembre, siendo sustituido hace poco más de dos semanas por una persona que no está tratando correctamente a los operarios, y solicitamos su cese inmediato”, han remarcado.
Finalmente, han advertido que el volumen de trabajo se ha incrementado considerablemente en los últimos tres años y consideran que no es posible mantener la misma plantilla cuando hay meses que se ha triplicado el número de usuarios.
“Los sueldos no llegan a los 1.000 euros, no son sostenibles ante el aumento de los costes de vida, alquileres, energía, gasolina y la cesta de la compra. Es una vergüenza que un gobierno de izquierdas permita estos salarios”, han sentenciado.